Un camarero vio a Ortega Cano incapaz de mantenerse en pie

  • Dos testigos vieron a Ortega Cano "normal" y "para nada borracho"
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El juicio contra el torero José Ortega Cano por un accidente de tráfico mortal ha escuchado hoy a un camarero que lo vio minutos antes de la colisión "tambaleándose, incapaz de mantenerse en pie" y sin ser capaz de abrir la puerta de su coche.

El testigo Juan José L.J., camarero que en la noche del 28 de mayo de 2011 estaba en un bar de Burguillos (sevilla), ha dicho a la juez que hacia las 22.05 horas vio a Ortega Cano saliendo del local y no respondió a su saludo, pese a que lo conocía.

El acusado iba tambaleándose, sin ser capaz de mantenerse en pie y luego le vio "trasteando con la puerta del coche porque no era capaz de abrirla", hecho que sucedió minutos antes de la colisión frontal que costó la vida al conductor del otro vehículo.

El testigo ha dicho que nunca ha servido solo coca cola a Ortega Cano, en contra de su propia declaración, sino siempre acompañada por güisqui.

Por la mañana "el maestro", como lo ha denominado siempre, pedía vino y manzanilla, y por la tarde copas, ha afirmado el camarero.

Ha precisado que al día siguiente oyó al gerente del bar contar que aquella noche notó a Ortega Cano "como nunca lo había visto" hasta el punto de que su esposa le ofreció una cama para acostarse.

Dos testigos que han declarado hoy en el juicio contra el torero José Ortega Cano por un accidente de tráfico mortal han asegurado que el acusado estaba "totalmente normal" y "para nada borracho", en contra de lo dicho hoy mismo por otras tres personas.

El testigo Estanislao M.M., que había invitado a la hija del torero, estuvo con él hacia las 21.00 horas del 28 de mayo de 2011 y ha asegurado a la juez que Ortega Cano estaba "en condiciones totalmente normales" y que en su casa de Villaverde del Río (Sevilla) le sirvió una coca cola.

Ha relatado el detalle de que pidió a Ortega Cano el favor de que lo llevase en su coche a una fábrica y le llamó la atención de que pasó por una calle estrecha donde tuvo que recoger los retrovisores y no rayó ningún coche.

A continuación el imputado se dirigió a Burguillos (Sevilla) en un trayecto de diez minutos por una carretera donde su supuesta conducción en zigzag y peligrosa llevó a los ocupantes de otro coche a denunciarlo al 112.

Jose A.M., gerente del hotel de Burguillos donde a continuación paró Ortega Cano, ha asegurado que el acusado solo tomó una coca cola, en contra de la declaración del camarero que dijo que iba acompañada de güisqui, y ha asegurado que lo vio "en perfectas condiciones para conducir".

Esta discrepancia ha llevado a la juez a ordenar un careo entre el gerente y la testigo que al día siguiente le oyó decir que el toreo llevaba "una cogorza como un mulo", diligencia en la que ambos se han ratificado en sus versiones.