Nueva teoría sobre la desaparición de estrellas

  • Cientificos del IAA-CSIC dicen que las estrellas podrían morir por fusión
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Un grupo internacional de astrónomos, liderado por el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), ha propuesto una nueva forma en la que las estrellas podrían morir, la fusión.

Esta teoría nace de una visión recogida el día de Navidad de 2010, cuando se observó un estallido de rayos gamma que rompía los patrones existentes, con una duración superior a la media y un resplandor posterior de origen térmico.

Según ha explicado la investigadora Christina Thne "todos los rayos gamma observados hasta la fecha muestran un resplandor posterior, lo que se conoce como 'afterglow' ". Sin embargo, ha apuntado que en la explosión de Navidad se observó "que el origen de este resplandor era de origen térmico, algo realmente inédito".

El estudio, publicado en 'Nature', destaca que, hasta ahora, había dos mecanismos para explicar los rayos gamma: Los largos (de dos o más segundos de duración) que se deben al colapso de una estrella masiva y los cortos (de menos de dos segundos) que se producen por la fusión de dos objetos compactos, como estrellas de neutrones.

Mientras que los resultados del trabajo proponen una nueva teoría, en la que la explosión de Navidad sería resultado de la fusión de una estrella de neutrones con una estrella gigante evolucionada, que al fusionarse habría dado lugar a la explosión que produjo, posteriormente, el 'afterglow'.

EXPLOSIONES DE RAYOS GAMMA

Las explosiones de rayos gamma son destellos breves e intensos de radiación gamma que se producen al azar en cualquier lugar del firmamento. Se los relaciona con varios procesos ligados a sucesos catastróficos en las estrellas. La duración de las emisiones de radiación gamma oscila entre unos pocos milisegundos hasta más de media hora, y son tan energéticos que se pueden detectar a distancias de miles de millones de años luz. La atmósfera de la Tierra es opaca a los rayos gamma, de modo que sólo se pueden captar gracias a detectores embarcados en aparatos espaciales, como el satélite Swift de la NASA.

"Tras décadas investigando rayos gamma se está viendo que estos objetos deparan muchas sorpresas y que, del mismo modo que los tipos de supernova conocidos han aumentado con el tiempo, es posible que debamos revisar su clasificación" ha concluido Thne.