López Simón sale a hombros en su mano a mano con Roca Rey en Castellón

  • Tras cortar dos orejas en Castellón

El diestro Alberto López Simón salió a hombros, tras cortar dos orejas, en el mano a mano que dirimió hoy en Castellón con el peruano Andrés Roca Rey, que logró también un apéndice, en el quinto festejo de la feria de La Magdalena.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Juan Pedro Domecq, de desiguales hechuras y de comportamiento también variado. Fue bueno el primero; sin fondo y muy deslucidos, segundo, quinto y sexto; bajo de raza y sin clase, el tercero; y noble y sosote, el cuarto.

Alberto López Simón: bajonazo (oreja); estocada caída (oreja); y estocada (vuelta al ruedo tras aviso).

Andrés Roca Rey: media (ovación); estocada (oreja); y pinchazo y estocada (palmas).

La plaza registró tres cuartos de entrada en los tendidos.

EL PRESENTE MÁS FEHACIENTE

Dos toreros jóvenes y con mucho futuro, nombres propios y en mayúscula de la pasada temporada, se batían en duelo en Castellón, con el firme objetivo de ratificar lo que ya es una realidad, que tanto López Simón y el peruano Roca Rey son dos de los jóvenes más esperanzadores y con más futuro del escalafón de matadores.

López Simón, gran revelación y, a la postre, uno de los grandes triunfadores de 2015, se las vio en primer lugar con un toro que tuvo tan feas hechuras como calidad y dulzura en sus embestidas. El madrileño se basó en el valor y en su consabida verticalidad para, tras unos ceñidos estatuarios, instrumentar las primeras series a derechas.

Relajo y parsimonia en la interpretación, aunque sin que aquello acabara de romper, algo que sí logró Simón en los naturales que recetó en el núcleo de su faena, y, sobre todo, en los alardes entre los pitones del epílogo. Se le fue la espada demasiado bajo, pero así y todo logró la primera oreja de la tarde.

Simón se aseguraría ya la Puerta Grande tras la faena al tercero, un animal insulso, sin raza, viajando con la cara natural y sin entregarse en ningún momento. Se impuso el torero del distrito de Barajas (Madrid) otra vez con el valor y la quietud por bandera, baluartes principales para que, tras otra estocada de aquella manera, lograra un nuevo apéndice más.

Un trofeo pudo haber paseado más López Simón del quinto si el presidente llega a atender la petición tras una nueva faena de valor sin alharacas ante un animal totalmente vacío. Roca Rey demostró desde el primer momento que no venía a Castellón a pasearse, y lo hizo con un auténtico recitar de toreo de capote a su primero: verónicas, cordobinas, larga cambiada, chicuelinas y tafalleras de impecable ejecución.

Pero no pudo seguir con el mismo aire en la muleta, puesto que el toro se quedó sin gasolina a las primeras de cambio. Recurrió el peruano al valor que atesora, metiéndose en cercanías y jugándose el tipo en cada media arrancada del "juanpedro". Faena de actitud y arrestos, finalmente ovacionada.

Sí le arrancó la oreja Roca Rey al cuarto por otra labor de entrega y de poner su vida a disposición de su oponente, que nunca acabó de romper para adelante, y con el que volvió a quedarse muy quieto, volvió a jugársela sin trampas ni cartón, al menos, para poner la chispa de la que carecía el astado, que lo volteó aparatosamente en las bernadinas finales.

El sexto no tuvo, lo que se dice, ni un solo pase; y Roca Rey se estrelló de bruces contra un imposible.