La saliva de una mosca sirve de base para una vacuna contra la leishmaniosis

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Un vacuna basada en la saliva de la mosca de la arena, que transmite el parásito de la leishmaniosis, puede proteger a los monos de esa infección parasitaria, según un estudio publicadoy por Science Translational Medicine.

Los resultados sugieren que las vacunas que usan al vector en lugar de al parásito, pueden ofrecer una nueva estrategia para prevenir esa enfermedad.

La leishmaniosis, que afecta cada año a unos 12 millones de personas, normalmente causa úlceras en la piel y puede llegar a afectar a órganos como el bazo o el hígado.

La enfermedad la provoca un parásito que se transmite a través de la picadura la mosca de la arena o flebotomo, que con su picadura inyecta en la sangre tanto el parásito como su propia saliva.

Hasta ahora, la mayoría de las vacunas se han realizado a partir de formas inocuas del parásito, pero un grupo de científicos del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (INAEI) de Estados Unidos, encabezado por Fabiano Oliveira se planteó si era posible emplear la saliva del insecto.

Cada vez que el parasito es introducido por el insecto va acompañado de la saliva de la mosca y esta parte "ha sido ignorada por muchas décadas, pues solo se ha considerado en las vacunas las moléculas del parasito pero no las moléculas del vector", explicó otro de los participante en el estudio Jesús G. Valenzuela del IANEI.

Los expertos descubrieron que monos picados por flebotomos no infectados resultaban parcialmente protegidos contra la infección por leishmaniosis, lo que apuntaba a que la saliva por sí misma fortalece una respuesta inmunitaria contra el parásito.

El equipo descubrió que algunas proteínas salivares son "capaces de producir una respuesta inmune celular en animales, la cual afecta al establecimiento del parásito en el animal y también cambia la respuesta inmune hacia el parasito a una respuesta protectora", agregó.

Así, diseñaron una vacuna usando una proteína de la saliva llamada PdSp15, y durante los ensayos, siete de los diez monos que a recibieron produjeron una reacción temprana y específica contra el parásito de la leishmaniosis.

Además cuando se les expuso a moscas infectadas, los animales desarrollaron úlceras cutáneas más pequeñas, mostraron un número más bajo de parásitos y una respuesta mayor de las células T contra la leishmaniosis.

La protección fue, según Valenzuela, "significativa y más si se tiene en cuenta que se usaron flebotomos infectados, lo que es más virulento y produce una enfermedad mas severa que inyectar parásitos con una jeringa".

Para lograr una protección "más efectiva", los expertos investigan ahora -explicó Valenzuela- la combinación de esa proteína de la saliva con antígenos del parásito.

"Tenemos evidencia en roedores de que la combinación de antígenos de saliva de flebotomino con antígenos de parasito resulta en una vacuna mas eficaz", señaló el científico.

Valenzuela recordó que hace más de una década demostraron que la inmunización con la saliva del insecto protegía a ratones contra la leishmaniosis y desde entonces han estado investigando cuáles son esas moléculas, cómo funcionan y si estos hallazgos pueden aplicarse en protección a animales más grandes, en este caso en monos, y potencialmente en humanos.

La leishmaniosis carece a día de hoy de una vacuna eficaz, por eso el siguiente paso es realizar pruebas para demostrar que la proteína PdSp15 es segura en humanos y después producirla de manera que pueda ser usada con las personas.

Además el INAEI colabora con centros de España, Portugal e Italia en el proyecto FP7 de la Unión Europea, que prevé combinar una proteína de la saliva del flebotomo con antígenos del parásito para probar en un futuro en humanos contra la Leishmaniosis visceral.