La Reina reivindica en la FAO el papel "fundamental" de la mujer en la nutrición

  • "Una mujer con acceso a la educación supone un beneficio para toda la comunidad", subraya
  • El Papa en la FAO: "El hambriento pide dignidad, no limosna"

La Reina Doña Letizia ha reivindicado este jueves el papel "fundamental" de la mujer en la nutrición al tiempo que ha subrayado que el desafío de mejorar los sistemas alimentarios no es solo "político" sino que "requiere el concierto de todos los actores implicados".

Así lo ha puesto de manifiesto en su intervención durante la Plenaria de la Segunda Conferencia Internacional de Nutrición en la FAO. "En esta necesaria acción colectiva para que los sistemas alimentarios mejoren, el reforzamiento decidido del papel de la mujer tiene un valor especial", ha recalcado.

En este sentido, ha hecho hincapié en que la mujer es "la responsable de la alimentación familiar en muchos lugares del mundo" y por ello ha incidido en que "es fundamental dotarla de los conocimientos necesarios" para contribuir a la mejora de la nutrición.

"Una mujer con acceso a la educación supone un beneficio para toda la comunidad", ha incidido. Doña Letizia ha manifestado que cuando se centra la atención en las mujeres, "la repercusión en los hogares es mayor" y, por tanto, "el impacto social es enorme".

Además, ha destacado que ello está profundamente ligado "al conocimiento sobre nutrición de la propia mujer para consigo misma, tanto cuando es madre gestante como cuando es la responsable de la alimentación de sus hijos, sobre todo en los primeros mil días de vida, lo que incluye el periodo de lactancia materna".

"La alimentación correcta en una madre gestante es crucial para el desarrollo del bebé, más allá incluso de lo que podemos explicar", ha señalado.

LA DIETA MEDITERRÁNEA TRADICIONAL

Por otro lado, ha comentado que España está comprometida "con la salud pública desde todos los niveles de la administración" y que en lo referente a nutrición, se trata de "fomentar la sostenibilidad de la dieta mediterránea tradicional como parte integral de un estilo de vida saludable y equilibrado".

Según ha dicho, "esto incluye una dieta basada sobre todo en el consumo de productos de origen vegetal (verduras, legumbres, frutas) y hacer ejercicio de forma regular y moderada, entre otras cosas". Pero también "conviene reducir el consumo de alimentación procesada, fomentar la producción agrícola local y sostenible y favorecer el consumo de productos de estación, siempre que se pueda".

"España se compromete de forma expresa a respaldar la Declaración Política y el Marco de Acción conjunta que resulten de esta conferencia", ha clamado. Además, ha explicado que mejorar la nutrición "no es sólo un imperativo moral sino también una medida sensata desde una óptica económica".

EL PAPA CLAMA CONTRA UN SISTEMA ECONÓMICO QUE IMPIDE LUCHAR CONTRA EL HAMBRE

El papa Francisco aprovechó hoy su intervención en la II Conferencia Internacional sobre Nutrición que se celebra en Roma para reiterar que sin solidaridad es difícil luchar para acabar con el hambre. El Papa ha exclamado que "el hambriento pide dignidad, no limosna", al tiempo que ha llamado la atención sobre la obligación moral de compartir la riqueza del mundo. "Tal vez tal vez nos hemos preocupado demasiado poco de los que pasan hambre", ha expresado durante su intervención durante la Plenaria de la Segunda Conferencia Internacional de Nutrición en la FAO.

En su discurso, pronunciado en español, el Pontífice ha denunciado que las presiones políticas y económicas amenazan a la que ha llamado "Hermana y Madre Tierra". De manera improvisada, preparado ha hecho un llamamiento para proteger la naturaleza y ha advertido de las consecuencias que conlleva su descuido.

"Dios perdona, siempre; el hombre perdona, a veces. La Tierra no perdona nunca", ha sentenciado. Además, ha subrayado que "ninguna forma de presión política o económica que se sirva de la disponibilidad de alimentos puede ser aceptable".

Ante numerosos jefes de Estado y de Gobierno, responsables nacionales de las políticas del sector agrícola, sanitario y otros ministerios, ha exhortado a que "se ponga en práctica la justicia; no sólo la justicia legal, sino también la contributiva y la distributiva". "Vivimos en una época --ha señalado el Papa-- en la que las relaciones entre las naciones están demasiado a menudo dañadas por la sospecha recíproca que, a veces, se convierten en formas de agresión bélica y económica, socavan la amistad entre hermanos y rechazan o descartan al que ya está excluido".

Frente a estos problemas, el Pontífice ha hecho un llamamiento a los Gobiernos a buscar la justicia de "modo concreto y no solo teórico". En este sentido, ha denunciado que la lucha contra el hambre y la desnutrición se ve obstaculizada por la "prioridad del mercado" y por la "preminencia de la ganancia" que, según ha relatado, "han reducido los alimentos a una mercancía cualquiera, sujeta a especulación, incluso financiera".

"Cuando falta la solidaridad en un país, se resiente todo el mundo. En efecto, la solidaridad es la actitud que hace a las personas capaces de salir al encuentro del otro y fundar sus relaciones mutuas en ese sentimiento de hermandad que va más allá de las diferencias y los límites, e impulsa a buscar juntos el bien común", ha afirmado.