La Policía confirma que el cadáver hallado en la cabaña de California es de Dorner

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La Policía confirmó hoy que el cadáver calcinado hallado en una cabaña de California pertenecía a Christopher Dorner, el expolicía sospechoso de haber matado a cuatro personas y que mantuvo en vilo al país en la última semana.

El Departamento de Policía del condado de San Bernadino informó de que los médicos forenses confirmaron la identidad de Dorner, quien emprendió hace una semana una venganza mortal contra sus antiguos compañeros.

Dorner fue despedido en 2009 del Departamento de Policía de Los Ángeles por hacer falsas acusaciones contra un compañero del que dijo que había pateado a un sospechoso.

Después de impugnar sin éxito su despido ante los tribunales, según la policía, inició una venganza contra los agentes que intervinieron en el caso y sus familias.

Dorner, de 33 años y que antes había sido oficial de infantería de Marina, se atrincheró en una cabaña a unos 160 kilómetros de Los Ángeles después de una gran persecución y un tiroteo, que acabó con un incendio de la instalación de madera a causa de los gases que lanzó la policía para que se rindiera.

Dorner era el principal sospechoso del asesinato de la hija de Randy Quan, un agente involucrado en su despido por perjurio, y su pareja sentimental, en un aparcamiento en el condado de Orange a principios de mes.

Además, es el presunto responsable de la muerte de dos policías, el último un ayudante del alguacil del condado de San Bernardino con el que se enfrentó el martes en un tiroteo en la montaña.

Otros dos agentes se encuentran hospitalizados tras intercambiar disparos con Dorner.

Tras el asesinato de la hija de Quan, se cree que Dorner mató al oficial Michael Crain cuando éste y su compañero de patrulla esperaban a que un semáforo se pusiera en verde. Después, huyó a las montañas.

Se puso entonces en marcha un dispositivo coordinado entre varios departamentos de policía y se ofreció una recompensa de un millón de dólares a quien ofreciera información que sirviera para dar con su paradero.

Después de más una semana de persecución, al tenerlo acorralado en la montaña, las autoridades enviaron un equipo especial para desmontar la cabaña por partes, mientras intentaban hacerle salir arrojando gases lacrimógenos para que se entregara.