La exposición prolongada a determinados pesticidas y detergentes aumenta el riesgo de linfoma

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Sede del ICO |Archivo

Científicos del Instituto Catalán de Oncología (ICO) y el Instituto de Investigación Biomédica del Hospital de Bellvitge en Barcelona han descubierto que la exposición prolongada a determinados productos químicos presentes en pesticidas y detergentes puede aumentar el riesgo de desarrollar un linfoma.

En concreto, según los resultados publicados en la revista 'British Journal of Cancer', han visto que estar expuestos a estos productos durante al menos 30 puede aumentar hasta un 32 por ciento el riesgo de desarrollar estos tumores.

Las sustancias químicas en cuestión son las denominadas disruptores endocrinos, que interfieren con las hormonas del sistema endocrino y pueden activar o bloquear los receptores hormonales o modificar la producción de las hormonas naturales.

Están presentes sobre todo en pesticidas, detergentes, aditivos del plástico y retardantes del fuego, y el estudio ha determinado que la exposición puntual no incrementa el riesgo de padecer linfoma, pero sí lo hace la continuada.

En este trabajo, que forma parte de un proyecto europeo, el 'Epilymph', se entrevistaron a un total de 2.178 personas diagnosticadas de linfoma y 2.457 sanas de edad y sexo similares. Entre otros, los participantes debían indicar aquellos trabajos que habían desarrollado a jornada completa durante al menos un año.

Las conclusiones de este estudio coinciden con las de un trabajo llevado a cabo entre más de 82.000 granjeros de Estados Unidos, que ha determinado que aquellos que han sido más expuestos a pesticidas también tienen más riesgo de padecer linfoma.

Aunque no hay causas claras que expliquen la aparición de los linfomas, varios estudios indican que las probabilidades de padecerlo aumentan en personas sometidas a trasplantes de órganos o que padecen infecciones por virus como el VIH, el de la hepatitis C o una infección tardía de virus de Epstein-Barr.

En España se registran entre 12 y 14 casos por cada 100.000 habitantes, y la incidencia es superior en hombres. De hecho, en mujeres no se observó este incremento de riesgo con la exposición a estas sustancias.