La encarcelada por meter a su bebé en un congelador niega haberlo matado

La mujer encarcelada por el presunto asesinato de su bebé recién nacido en Pilas (Sevilla) ha negado ante el juez haberlo matado ya que nació muerto, si bien no ha podido explicar por qué decidió meterlo en un congelador, donde su marido lo encontró a los diecisiete meses del parto.Fuentes del caso han informado hoy a Efe de que el juez de la cercana localidad de Sanlúcar la Mayor (Sevilla) que se ha hecho cargo del proceso decretó el lunes prisión sin fianza contra la acusada Sara L.H., a la que imputó un delito de asesinato con alevosía.

El avance de la autopsia entregado al juez estableció que el bebé nació diecisiete meses antes del hallazgo y que había nacido vivo, si bien las causas exactas de su fallecimiento no se han determinado aún y están pendientes de un estudio en profundidad de los órganos en el Instituto de Medicina Legal.Los forenses ya han autorizado el entierro del recién nacido, han añadido las fuentes.

En su declaración, la mujer admitió haber dado a luz el bebé pero negó haberlo matado, si bien no dio ninguna explicación de por qué había decidido meterlo en un congelador de su vivienda, donde el pasado viernes día 9 lo encontró su marido cuando limpiaba la casa.

Sara L.H. tiene otros dos hijos de 11 y 14 años, que residen en el domicilio donde se encontró el cadáver.

El juez decretó el secreto sumarial de las actuaciones durante un mes y acordó la prisión provisional sin fianza de la mujer de acuerdo con la petición del fiscal, quien le imputó un delito de asesinato con alevosía, que en principio será tramitado para su enjuiciamiento ante un jurado popular. Sara L.H. fue asistida por un abogado de libre designación en su primera declaración ante el juez, si bien ayer martes cambió de letrado y designó a otro.

El cadáver fue encontrado el pasado 9 de noviembre por el marido de la encarcelada, que ignoraba el embarazo y llamó primero a un hermano suyo, trabajador en el Parque de Bomberos, quien a su vez dio la alarma a la Policía Local y a la Guardia Civil. La acusada, que estaba trabajando en ese momento en Castilleja de la Cuesta (Sevilla), fue detenida poco después por la Guardia Civil. EFE