La brecha entre las rentas más altas y más bajas aumenta un 30% desde 2006

  • En España los más ricos ganan siete veces más que los más pobres
  • Según los datos de Cáritas, un 26,8% de los españoles viven en situación de pobreza

La crisis económica ha provocado un aumento de la desigualdad entre españoles, de manera que la diferencia entre las rentas más altas y las más bajas se ha incrementado un 30 por ciento desde 2006, según el último informe de Cáritas "Desigualdad y Derechos Sociales".

Desde 2006, los ingresos de la población con rentas más bajas han caído cerca de un 5 por ciento en términos reales cada año, mientras que el crecimiento correspondiente a los hogares más ricos ha sido el mayor de toda la población. Esto ha provocado un incremento del 30 por ciento entre la distancia que separa a las rentas más altas y las más bajas, de manera que en España los más ricos ganan siete veces más que los más pobres.

Se trata de uno de los indicadores de desigualdad "más altos" de la Unión Europea, según el informe de Cáritas, que alerta del riesgo de "fragmentación social".

SE CEBA CON LAS FAMILIAS NUMEROSAS

"Las consecuencias de la crisis están siendo especialmente sangrantes para los más pobres", ha lamentado durante la presentación del informe el secretario general de Cáritas, Sebastián Mora, que ha subrayado que más del 41 por ciento de las familias con tres hijos viven bajo el umbral de la pobreza y el 16 por ciento sufren "pobreza severa".

Según ha explicado el coordinador del Equipo de Estudios de Cáritas, Francisco Lorenzo, la caída de las rentas de los hogares ha hecho que el umbral de pobreza descienda desde los casi 8.000 euros para una persona sola en 2009 a algo más de 7.300 en 2012. "Esta merma indica un empobrecimiento medio de la sociedad", de manera que un 26,8 por ciento de los españoles viven en situación de pobreza y exclusión social.

Más graves son los datos que hablan de la pobreza severa. Así, el número de hogares sin ingresos pasó de algo más de 300.000 en 2007 a más de 630.000 en 2012 y el porcentaje de hogares que no tienen capacidad para afrontar gastos imprevistos pasó del 30 al 44,5 por ciento.

UNA DÉCADA PERDIDA

El informe de Cáritas ha analizado el comportamiento de la renta per cápita de lo españoles, que arroja cifras muy similares a las que existían hace más de diez años, lo que, según Lorenzo, permite hablar de una "década perdida".

En este sentido, ha explicado que la renta de 18.500 euros que de media recibieron los españoles en 2012 es inferior en términos de capacidad adquisitiva a la que existía en 2001 y desde 2007 la renta media ha caído un 4 por ciento, mientras que los precios se han incrementado en un 10 por ciento.

Así, durante 2012 el mercado de trabajo registró los "peores resultados" de la etapa democrática, con una tasa de paro superior al 26 por ciento, dos veces y media más alta que el promedio de la UE-27 y diez puntos superior a la de Portugal e Irlanda.

El informe destaca, además, la tasa de paro del 55 por ciento para los menores de 25 años, "que no tiene parangón alguno en los países de nuestro entorno" y el alto porcentaje -55 por ciento- de desempleados que en 2012 llevaban en tal situación más de un año.

Subraya, asimismo, que la tasa de paro de la persona principal del hogar ha pasado del 6 al 21,4 por ciento en 2012 y el porcentaje de hogares en los que todos los activos están sin trabajo ha aumentado del 2,5 al 10,6 por ciento, pasando de 380.000 hogares antes de la crisis a más de 1.800.000 a finales de 2012.

"Si hace 5 años estábamos a la cabeza de Europa en la generación de empleo, trabajar hoy no es ya un derecho, sino que parece haberse convertido en un privilegio", ha lamentado Lorenzo.

También se ha referido al efecto negativo sobre la renta disponible que han tenido algunos de los cambios en las prestaciones sociales como la reducción de las cuantías de la prestación contributiva de desempleo, las mayores exigencias para percibir el subsidio y el aumento de algunos impuestos.

"Los recortes en algunos bienes básicos, la reducción de las cuantías de algunas prestaciones y la exclusión del acceso de grupos de ciudadanos a servicios elementales han introducido niveles de fragmentación social cuya reducción costó varias décadas y grandes acuerdos sociales", ha subrayado.