Fallece la duquesa de Alba, la más 'Grande de España'

  • Sus restos descansarán en la iglesia de la hermandad de los Gitanos y en Loeches

La aristócrata Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, XVIII duquesa de Alba, XI duquesa de Berwick y catorce veces Grande de España, ha fallecido en el Palacio de las Dueñas de Sevilla a los 88 años. Cayetana de Alba fue ingresada el pasado domingo en el Hospital Sagrado Corazón de Sevilla aquejada de una insuficiencia respiratoria secundaria a una neumonía y el martes por la noche fue trasladada de nuevo a su domicilio sevillano.

María del Rosario Cayetana Alfonsa Victoria Eugenia Francisca Fitz-James Stuart y de Silva nació en el Palacio de Liria en Madrid el 28 de marzo de 1926 y, al estallar la Guerra Civil, se exilió en Londres junto a su familia. Sin embargo, no pudo evitar la sombra de la contienda y, tres años después, vivió el estallido de la II Guerra Mundial y sus posteriores efectos sobre Gran Bretaña.

De vuelta a España, y siguiendo el consejo de su padre, se casó en primeras nupcias con el aristócrata Pedro Luis Martínez de Irujo y Artazcoz, hijo de los duques de Sotomayor. El enlace, que tuvo gran repercusión social, se celebró en Sevilla el 12 de octubre de 1947.

Tras la muerte de su padre Jacobo Fitz-James, en 1953, Cayetana heredó el Ducado. De su matrimonio con su primer marido, nacieron seis hijos: Carlos, duque de Huéscar; Alfonso, duque de Aliaga; Jacobo, conde de Siruela; Fernando, marqués de San Vicente del Barco; Cayetano, conde de Salvatierra; y Eugenia, duquesa de Montoro.

El duque de Sotomayor muere en 1972. La duquesa de Alba volvió a contraer matrimonio seis años después con el exsacerdote Jesús Aguirre y Ortiz de Zárate, quien se convirtió en decimoctavo duque de Alba y cuya condición de antiguo sacerdote jesuita levantó una gran polémica entre la aristocracia española.

Aguirre falleció en Madrid el 12 de febrero de 2001. Diez años más tarde, en concreto el 5 de octubre de 2011, la duquesa contraía matrimonio, por tercera vez, con el funcionario Alfonso Díez Carabantes, nacido en Palencia en 1950 y uno de los doce hijos del militar José Díez.

La celebración del enlace matrimonial se celebró en la capilla del Palacio de Dueñas en Sevilla, siendo los padrinos su hijo Carlos, duque de Huéscar, y Carmen Tello, amiga de Cayetana y mujer del torero Curro Romero.

Ya el pasado marzo un resfriado y una posterior enfermedad gástrica tuvieron en cama a la Duquesa durante dos meses. Fue a finales de mayo cuando la aristócrata volvió a demostrar su fortaleza y reapareció de nuevo en la vida social de Sevilla acompañada de su esposo Alfonso Díez.

"AQUÍ YACE CAYETANA, QUE VIVIÓ COMO SINTIÓ"

"Aquí yace Cayetana, que vivió como sintió". Ese es el epitafio que la duquesa de Alba había elegido para su sepultura, según escribió en 2011 en un libro de memorias. Frase que resumen una existencia en el que su lema fue "vive y deja vivir".

La duquesa de Alba fue una mujer libre, "luchadora" y "voluntariosa" que quería que la gente la recordara por su "lealtad". "Siempre he querido vivir mi vida, pero a la vez sin molestar ni fastidiar a nadie", por lo que también se puso "límites", recordaba cuando publicó en 2013 su libro "Lo que la vida me ha enseñado", con motivo del 60 aniversario desde que asumió el ducado.

Nacida en 1926 en Madrid, Cayetana de Alba tuvo una larga vida en la que, si bien no pudo hacer siempre todo lo que quiso - "nadie puede, yo creo"-, se arrepintió de "muy pocas cosas". "Lo básico lo he conseguido, lo he realizado, lo he guardado".

"Un Alba tiene que ser siempre fuerte ante la adversidad" es una de las frases que "más presente" tuvo siempre de las que le enseñó su padre, Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó, al que adoraba y que la educó "con la misma o mayor severidad que si hubiera sido un chico".

Mujer a la que siempre le gustó disfrutar de la vida, la suya fue intensa y estuvo marcada por su familia y sus tres matrimonios. En 2011, cuando publicó su libro de memorias "Yo, Cayetana", rememoraba en una entrevista con Efe cuáles habían sido los momentos más dolorosos y los más felices de su existencia. "El más desgraciado cuando murieron mi madre, más tarde mi padre y luego Jesús (Aguirre, su segundo marido). Y el mejor cuando me he casado (realizó estas declaraciones poco después de su tercer matrimonio, con Alfonso Díez) y cuando tuve una hija, después de cinco niños".

LUCHADORA INCANSABLE

Su última batalla fue justamente ese matrimonio, en 2011 con Díez (25 años más joven que ella) a pesar de la oposición inicial de sus hijos. "Siempre he conseguido todo lo que me he propuesto, a base de luchar y pelear por ello. Eso es algo muy importante que he aprendido en mi vida, a luchar por lo que realmente quieres. Después de enfrentarme a tantas cosas para conseguir casarme con Alfonso, ahora estoy feliz con mi propósito cumplido".

"Yo he dado mucho amor, pero también lo he recibido" aseguraba Cayetana de Alba, quien defendía que "nunca es tarde para ser feliz". "El amor en la madurez, en el fondo, se parece al de la juventud". Aquel matrimonio fue prueba de su tenacidad e independencia frente a la opinión de los demás. "A mí, me aconsejaba mi padre, pero después de él nadie".

Amante ante todo de la familia, quería a sus cinco hijos, fruto de su primer matrimonio, con Luis Martínez de Irujo (fallecido en 1972), "por encima de todo, como cualquier madre", aunque nunca ocultó la tristeza que le habían producido sus divorcios.

"Yo soy antidivorcio, antiaborto y anti todas esas atrocidades; soy católica y lo ejerzo". El matrimonio debe ser para toda la vida por eso "lógicamente, hay que pensarlo antes" y para que tenga éxito tiene que existir "comprensión, ayuda, compenetración, amor y muchas otras cosas", sostenía.

"MONÁRQUICA AL CIEN POR CIEN"

Cayetana de Alba era además "monárquica al cien por cien". "Mi única inclinación política es la Monarquía, inseparable de nuestra historia y representada por nuestro gran Rey Juan Carlos I, que trajo la democracia a España y muchas cosas más".

Viajera incansable durante toda su vida, la duquesa, aunque nacida en Madrid, tenía en su corazón un lugar de excepción para la ciudad de Sevilla. "Para mí, lo primero después de mi familia es Sevilla; me muero por Sevilla, tanto que voy a descansar al final de mi vida aquí, para estar en esta tierra andaluza que considero la mía".

La duquesa de Alba tuvo una vida intensa y en el foco de los medios de comunicación. "¡Se han dicho tantas cosas sobre mí!". Aunque, como escribió en "Yo, Cayetana": "A veces, cuando me disgusto por las mentiras que se publican, luego me sonrío yo sola pensando que, al final, se han enterado solo de lo que a mí me ha dado la gana".