El juez ve un plan "gradual" para asesinar a Asunta

  • El juez decreta que se abra juicio oral contra los padres de Asunta
  • Cree que los padres deben permanecer en prisión hasta juicio

El juzgado de instrucción número dos de Santiago ha notificado un auto por el que se decreta la apertura de juicio oral contra los padres de Asunta, la menor cuyo cuerpo fue hallado el 22 de septiembre de 2013 en una pista forestal de Teo (A Coruña).

El instructor, José Antonio Vázquez Taín, entiende que los padres de esta niña de 12 años, la abogada Rosario Porto y el periodista Alfonso Basterra, han de permanecer en la prisión de Teixeiro (La Coruña) en la que están internos desde el 27 de septiembre del año pasado, debido, en esta fase de la causa, al "palmario riesgo de fuga existente".

Rechaza, por tanto, la situación personal de salud y estabilidad emocional que alega la defensa de Rosario Porto, que incluso ve un empeoramiento en su estado anímico, y la petición de que se anule esta medida cautelar formulada por la abogada de Alfonso Basterra.

Esta última resolución judicial, divulgada por el Tribunal Superior de Justicia de Galicia, expone que el juicio se celebrará con jurado popular en la Audiencia Provincial de A Coruña, en concreto en la sección desplazada a Santiago, que es la sexta.

Así, se emplaza a las partes a que en el plazo de quince días se personen ante el tribunal competente para el enjuiciamiento y se observa que esta resolución no es recurrible, salvo en lo relativo a la denegación de diligencias de instrucción y en cuanto a la situación de los acusados, que siguen en la cárcel.

PLAN PREMEDITADO EJECUTADO DE FORMA GRADUAL

Según el juez instructor, el crimen de esta menor no obedece a un "acto espontáneo, sorpresivo o repentino" y sí, en cambio, a un plan "premeditado", que fue ejecutado "de forma gradual" y que resulta "imposible" sin la participación o, al menos, el consentimiento de ambos imputados.

Subraya que los acusados, otrora matrimonio, se pusieron de acuerdo para suministrar a su hija, a la que adoptaron cuando todavía no tenía un año, un medicamento que contiene lorazepam, sustancia que pertenece al grupo de las benzodiacepinas y que produce somnolencia y sedación.

Detalla el instructor que hubo una administración "continuada" y enumera las ocasiones en las que el padre de Asunta adquirió este medicamento, así como diferentes episodios en los que se evidencia que la menor se encontraba bajo los efectos de este ansiolítico, que no tomaba para ninguna dolencia que ella padeciese.

Asunta, explica Vázquez Taín, sufrió una serie de episodios "directamente conectados" con su asesinato, pero acaecidos en diferentes momentos, y de los que son perfectos conocedores ambos progenitores, los cuales eran garantes de la protección y bienestar de la pequeña.

La falta de reacción en cualquiera de ellos, prosigue, y su posterior comportamiento, incluso después del fallecimiento, "constituye un indicio de su mutuo acuerdo y participación en el crimen".

El auto apunta, igualmente, que la menor estuvo "con terceros" desde el 28 de julio hasta el 9 de septiembre, y que el último episodio de intoxicación se produjo entre los días 17 y 18 del último mes, escasas jornadas antes de su muerte violenta, así como que la víctima, cuando estaba con sus padres, "pasaba días e incluso noches sola".

Incluso menciona este auto que ninguno de sus dos progenitores, por "trabajo", tuvo tiempo de celebrar con la niña su santo, el 15 de agosto, y observa: "¿Ninguno de los dos dispuso de unos días, pese a no trabajar, para estar con la víctima? Elocuente".

Del ordenador de Alfonso Basterra, hallado en su piso de alquiler en la capital gallega tras varios registros infructuosos, dice el juez que fue manipulado.

"No hay huellas de Alfonso en el teclado. ¿Cómo escribía? ¿sin tocar las teclas? ¿no lo cerraba con las manos al terminar el trabajo? Las únicas huellas encontradas lo fueron en lugares recónditos difíciles de limpiar y en el disco duro".

El cuerpo sin vida de Asunta Basterra Porto fue localizado en una pista forestal de Teo (A Coruña) la madrugada del 22 de septiembre, en un terreno situado muy cerca de un chalé familiar. Su asesinato, no obstante, se consumó el 21, hace hoy diez meses.