El Fiscal atribuye el repunte de siniestralidad al “descuido de los conductores"

El fiscal coordinador de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, ha advertido hoy de que el aumento de jóvenes fallecidos entre 15 y 24 años en un 16 por ciento, hasta alcanzar la cifra de 198 en 2016, revela la necesidad de impulsar la educación vial en los colegios y su coordinación con las autoescuelas. En rueda de prensa ha planteado también reforzar la formación para la obtención del permiso de conducir y actuaciones encaminadas a la concienciación vial en el marco de una estrategia o plan nacional y ha recordado que jóvenes con 15 años ya pueden acceder a conducir ciclomotores.

Ha recordado que desde 2011 no se conocían unas cifras similares de jóvenes fallecidos en las carreteras y ha señalado que además de los citados 198 jóvenes muertos en 2016 hay que sumar otros 1.500 ingresados en hospitales y 23.000 heridos. Vargas ha facilitado datos estadísticos de 2016, que según ha subrayado "ha supuesto un repunte de la siniestralidad con un incremento del 7 por ciento, de tal forma que el número de fallecidos han pasado de 1.689 en 2015 a 1.810 en 2006, el de accidentes con víctimas de 97.756 a 102.362 y el de heridos con ingreso hospitalario de 9.495 a 9.755.

Ha lamentado que no parece este año se esté invirtiendo esta tendencia pues desde el 1 de enero hasta el pasado día 23 habían muerto ya en las carreteras españolas 641 personas frente a las 629 del mismo periodo del pasado ejercicio. Bartolomé Vargas ha subrayado que las salidas de la vía se han constituido en 2016 en la primera causa de los fallecimientos, en concreto 601, un 33 por ciento del total, que los procedimientos sancionadores administrativos por distracción y uso del móvil alcanzaron la cifra de 117.921 y que la velocidad inadecuada concurre en el 29 por ciento de los accidentes.

Para el fiscal estos datos llevan a la conclusión de que "la prisa y la tensión psicológica con la que se conduce son trasunto de la aceleración con la que se vive en la sociedad, el exceso de velocidad consiguiente, la fatiga, el sueño, la utilización del móvil y la distracción concomitante, principalísimas causas de la siniestralidad que están omnipresentes en nuestras carreteras". "Además, la influencia de las drogas y del alcohol es evidente en la conducción, está en las estadísticas en un 12 por ciento, y de 66.000 controles de drogas hay un 30 por ciento positivos".

Por ello ha estimado que "hay que concienciar a todos pero especialmente a los jóvenes, dado el repunte que han sufrido en la siniestralidad, y explicarles que no deben consumir alcohol ni drogas y que han de conducir respetando las normas". Ha aclarado que lo más complejo es "probar la influencia de las drogas porque el fiscal debe velar por las garantías del procedimiento y por ello dirige un número de acusaciones más reducido en esta materia que en alcoholemia pero está al tanto y promueve esas investigaciones".

Vargas ha destacado que en 2016 se dictaron 80.831 sentencias de condena por delitos viales de peligro, el 32 por ciento de todas las emitidas por los tribunales por toda clase de causas penales, lo que supone que aproximadamente una de cada tres sentencias condenatorias lo ha sido por delitos contra la seguridad vial. Casi el 90 por ciento de las condenas por delitos viales fueron dictadas de conformidad y en un porcentaje muy alto con cumplimiento inmediato de las 55.148 penas de privación del derecho a conducir y un pronto cumplimiento de buena parte de la 50.000 multas y 27.954 penas de trabajo en beneficio de la comunidad.

Bartolomé Vargas ha dado instrucciones a fiscales y agentes de tráfico para perseguir los delitos de homicidio y lesiones por imprudencia grave, castigados con penas de hasta cuatro y tres años de prisión respectivamente. Ha explicado que se trata de incidir en la investigación y castigo de los adelantamientos con grave vulneración de las prohibiciones, los excesos de velocidad, la marcha atrás en autopistas y autovías y no detenerse en la señal de stop o ante un semáforo en rojo.

Asimismo las vulneraciones graves a los deberes de precaución con los colectivos vulnerables como los menores, las personas de la tercera edad, los discapacitados, los peatones y los ciclistas. Sobre los ciclistas ha comentado que sufren conducciones temerarias de "conductores insolidarios que no han procesado debidamente que son parte de la circulación y que los ven como una molestia, pero los ciclistas son indispensables y han venido para quedarse". Según los datos facilitados hoy por la Fiscalía en 2016 murieron 67 ciclistas, 343 motoristas y 389 peatones frente a los 58, 329 y 367 registrados en 2015 respectivamente.