El cardenal Cañizares pide perdón a los refugiados y denuncia su "linchamiento"

El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares
El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares |Telemadrid

El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha pedido "perdón a los refugiados, perseguidos y emigrantes venidos a España en los últimos meses" -todos ellos "muy queridos" por él, ha recalcado-, al tiempo que ha lamentado el "verdadero linchamiento" que se ha hecho contra su persona al "manipular" su pensamiento y sus palabras.

El cardenal ha difundido este viernes un comunicado a raíz de las reacciones a las declaraciones que realizó esta semana en el desayuno informativo 'Fórum Europa. Tribuna Mediterránea' en las que se preguntaba si la "invasión de emigrantes y de refugiados es todo trigo limpio".

Al respecto, el cardenal señala: "Lo primero que hago, con toda sinceridad y de buen grado, es pedir perdón a los refugiados, perseguidos y emigrantes venidos a España en los últimos meses, -para mí muy queridos todos, sean de la condición que sean y vengan de donde vengan y como vengan-, si tales declaraciones les han podido producir algún daño por la opinión pública que se ha intentado crear".

"Saben ellos -prosigue- que no es esa mi posición y que siempre han tenido y tendrán en mí a un hermano que los acoge y defiende, que comparte su tragedia, y que no voy a disminuir para nada ni mi ayuda personal, ni la ayuda institucional de la diócesis".

El religioso pide perdón, "igualmente, a los diocesanos de Valencia, a los católicos de esta Iglesia", por los posibles daños morales ante las críticas que estos días a propósito de este asunto se han hecho a la Iglesia o a su persona.

El cardenal desmiente las interpretaciones de sus palabras y esgrime como prueba sus "escritos, recientes y de tiempos atrás", donde se expresa, dice, "con toda precisión sobre cómo se sitúa ante el drama de los refugiados, de los perseguidos y de los inmigrantes".

"Léanse y saquen conclusiones. Y, sobre todo, confirman este desmentido mis obras, las que directamente he llevado a cabo por mí mismo, en este sentido, a favor de los pobres y de combatir la pobreza, y las que he realizado a través de instituciones que he promovido tanto en mi actual diócesis de Valencia", agrega.

"La verdad es que no es ese mi pensamiento, jamás lo ha sido, el que me atribuyen estos días algunos medios de comunicación a propósito de mi respuesta a una pregunta en el Foro Nueva Economía de Valencia el pasado miércoles. Lo desmiento rotunda y categóricamente, absolutamente y sin paliativos de ningún tipo, por servicio a la verdad y a la justicia, y, sobre todo, por amor a los refugiados, perseguidos o inmigrantes, que son, tal vez, los más perjudicados y los utilizados en toda esta polémica", argumenta.

"INCLINACION A LOS POBRES"

Lo que se ha hecho, en opinión de Cañizares, "en un verdadero linchamiento" a su persona en estos días, lo que "constituye una manipulación" de su "pensamiento, palabras y corazón". "Nada más lejos de mí que lo que se me achaca. Si hay una sensibilidad, desde que soy sacerdote, en mi vida, es mi inclinación a los pobres, gracias a Dios", subraya.

"Como testimonio también quedan mis conversaciones y ofrecimiento de colaboración y disponibilidad total, que no me desmentirán, a las autoridades de Valencia, concretamente al señor alcalde, al señor concejal del Ayuntamiento de Valencia que se ocupa de estos temas, o al consejero correspondiente del Gobierno de la Generalitat, y a su mismo señor presidente.

Y como testimonio también pueden confirmar cuáles son las normas y criterios que tiene Cáritas, y la delegación diocesana para la pastoral de emigrantes, recibidos de mi persona. La verdad, ante todo; es lo que me permite ahora hablar con total libertad en esta nota".

El comunicado continúa: "Mis palabras en un coloquio en el Foro citado se han magnificado y puedo decir que se han interpretado incorrectamente. *Se puede decir en verdad, por ejemplo, que soy un xenófobo, que soy un racista, que soy de la extrema derecha, o que mantengo una posición o actitud contraria a la de la Conferencia Episcopal Española o a la del Papa Francisco?".

"Puedo asegurar --recalca-- con toda firmeza y verdad que me encuentro en comunión plenísima con el Papa Francisco, desde el primer momento de ser elegido, y aún antes de ser elegido Papa, y garantizar con absoluta sinceridad que me hallo en total comunión y sintonía con la Conferencia Episcopal: la verdad es la verdad, y puedo decir, delante de Dios que no miento; y las interpretaciones que se han hecho carguen con ellas sus intérpretes. Y, por encima de todo, soy un hombre de fe plena en Jesucristo y jamás olvidaré sus palabras ni las utilizaré en mi provecho o para mi interés, lo consideraría blasfemo".

Por lo que se refiere a la expresión que "no todos los que llegan son trigo limpio", Cañizares explica que no ha pretendido descalificar con ella a todos los refugiados, huidos, inmigrantes o perseguidos, sino, "al contrario, defenderlos; porque no les favorece a la inmensa mayoría, muy inmensa, de ellos".

"PRUDENCIA"

"No tengo ninguna prevención; solo afirmo que se tenga prudencia; no digo más que lo que dijo el Papa: 'existe el peligro de infiltración, eso es cierto'. Y añado que hay que defender la identidad y la historia de Europa y de España misma y prevenir; no creo que esto sea reprobable. En cuanto al hecho de "no todo trigo limpio", me remito a los hechos y a las informaciones veraces de que dispongo; y la Comunidad Europea, en reunión de más alto nivel, acaba de confirmar anoche mismo mis preocupaciones".

El cardenal reconoce que le han "dolido algunas cosas que han dicho, sin fundamento alguno, sobre todo, por venir de quienes venían, personas significativas". "Bien sabe Dios --exclama--, lo digo con toda humildad, que no haría esta nota y con la firmeza que la hago si no fuese por servir al bien común, a la sociedad, y, principalmente a la Iglesia, cuyo camino es el hombre y su verdad. Nunca hubiese pensado que tendría que escribir una nota así si no fuese en el ejercicio de mi ministerio de Pastor del pueblo que se me ha confiado al que tengo que defender".

"No trato de defenderme personalmente, me importan poco los insultos, las calumnias o las descalificaciones, las persecuciones. Todo esto me acerca más a Dios y a vivir las bienaventuranzas evangélicas, que son el retrato de Jesús, al que Dios rico en misericordia me conceda seguirle siempre, sin preocuparme nada de mí ni para mí, sino sólo el bien de la Iglesia, y me conceda también la gracia de una conversión permanente, de ser un pastor conforme al corazón misericordioso de Dios que alimenta a su pueblo con la caridad con predilección por los más pobres, y ser igualmente ministro de reconciliación y de unidad".

Y concluye: "Olvido todo, y no tengo en cuenta para nada lo sucedido: simple y sencillamente insisto en pedir prudencia, espero reciprocidad y lealtad, y suplico, humildemente, que recen por mí".