El azar no entiende de prisas

  • A Maguette se le ha atragantado el 58.052: "No me sale", decía compungida entre lágrimas

La desesperación porque llegase "el Gordo" se ha traducido en risas, gritos ahogados y aplausos entre el público que asistía hoy al Sorteo de la Lotería de Navidad en el Teatro Real, en un intento por llamar a la bola del primer premio que parecía que nunca iba a salir. La tensión y los nervios también han hecho mella en los niños del Colegio de San Ildefonso y a la niña Maguette se le ha atragantado el 58.052 en el noveno alambre. "No me sale", ha dicho compungida entre lágrimas. Luego se ha venido arriba y, con la ovación del público ha podido seguir cantando números y fortuna.

La lotería es una suerte y, esta nunca se sabe cuándo va a llegar. Este año, "El Gordo" ha sido el más esperado de la historia: el azar no entiende de prisas.

A medida que los bombos giraban y giraban, el suspense y la intriga por conocer cuál sería el número premiado, ha hecho que alguna bola rodase por la moqueta y que se produjeran pequeños tembleques de voz de los niños de San Idelfonso que no han disgustado a nadie, y han sido respondidos con ovaciones y aplausos.

Cada vez que uno de los niños de la residencia-internado sacaba una nueva bola, los asistentes gritaban emocionados creyendo que conocerían por fin "el Gordo" y suspiraban de frustración cuando no aparecía el gran premio, que ha tardado en salir más de tres horas.

Se ha hecho de rogar pero en la novena tabla, ya muy cerca del final y a falta de conocer el tercer premio, Ismael y Janna, ambos de 12 años, revelaron con una gran sonrisa y emoción el número más ansiado: el 13.437.

Ambos han recomendado a los premiados que "tengan cuidado" y que no se lo gasten "a la primera", para sacar partido a los millones que se pueden ir volando.

Minutos después apareció el tercer premio, cuando un hombre ha gritado de alegría por tener un número menos que el premiado, confundiendo así a los presentes. Pensó que era uno de los agraciados, pero no, otro año será...

"Se nota se siente, el Gordo está presente", han coreado los incansables asistentes, algunos de los cuales empezaron a hacer cola desde la tarde de ayer a las puertas del Teatro Real. Todos han compartido el frío, los nervios y la ilusión por asistir al aclamado evento navideño.

COLAS A LA ENTRADA

Gorros de árbol de Navidad, duendecillos de la suerte, amas de casa recién levantadas, improvisados Papá Noel e imitadores de los niños han vociferado con afán su número, intentando llamar a la diosa fortuna.

Dos hermanas de Valladolid, Marisol y Montse, ataviadas con rulos en el pelo, han aprovechado la ocasión para celebrar un cumple. Ambas han explicado que llegaron esta misma madrugada y, desde las tres de la mañana, empezaron a hacer la cola de entrada.

También ha estado presente el veterano Enrique, que se hace llamar "El mocito feliz" y que, en esta ocasión, iba acompañado por su "becario", un joven con indumentaria de jeque árabe y décimos pegados al cuerpo.

Las lágrimas de Maguette han sido uno de los protagonistas de la mañana, pero todo ha vuelto a la normalidad tras unos traguitos de agua y los aplausos le han recompensado al cantar el segundo y el quinto premio de la lotería, con una sonrisa que iluminaba su cara y un suspiro de satisfacción.

En el transcurso de una jornada llena de sorpresas e intrigas, ha sido premiado el 00000 y, entre el público estaba Pilar, agraciada con una participación de este número por la que recibirá 120 euros.

Adquirió este inusual número por una "broma" con un amigo suyo, ya que, según reza la leyenda, la Casa Real juega siempre con esta cifra.

Muchos de los presentes, que en la espera de la larga mañana no han sido afortunados en el sorteo, han coincidido en que lo que realmente importa es la salud, la familia y no perder ilusión. También la magia de la Navidad, la irracionalidad de la fe en estos juegos y la necesidad de soñar, otro año más, con la Lotería de Navidad.