El avión y los viajes combinados causan el 83% de las reclamaciones en verano

El 83% de las reclamaciones de los viajeros españoles en verano tiene que ver con incidentes en los vuelos y con los paquetes vacacionales, según los datos de la aseguradora ARAG, que recibe anualmente más de 8.000 consultas legales sobre viajes.

Un 41% de las quejas se dan por la pérdida de maletas, retrasos y 'overbooking', y otro 42% por el incumplimiento de las condiciones contratadas.

También son frecuentes los problemas en los viajes combinados que no cumplen las condiciones contratadas en cuanto a comidas, excursiones o calidad de los servicios, con un 42,6% de las quejas.

A mayor distancia, los incidentes con los hoteles suponen el 13,2% de las reclamaciones de los viajeros. Los principales problemas son la calidad de las instalaciones o los servicios hoteleros, que no responden a sus expectativas o a lo que habían contratado.

Por contra, el barco es el medio de transporte vacacional que "menos quejas" suscita entre los viajeros, apenas un 1%.

Pese a que los problemas en las vacaciones pueden echar por tierra el descanso estival, según ARAG, un 17% de los viajeros no reclama cuando se encuentra problemas en los servicios contratados para sus vacaciones.

Esto se debe, en gran medida, a que la mayoría desconoce cuáles son sus derechos fundamentales como viajeros. Por ello, ARAG recuerda a los viajeros la importancia de conocer sus derechos para que puedan disfrutar de sus vacaciones.

QUE RECLAMAR

Así, apunta que el 'overbooking' es legal, pero la aerolínea debe buscar voluntarios a ceder su plaza a cambio de una compensación. En caso de no haber voluntarios, deberá pagar una indemnización económica a quienes no puedan embarcar por falta de plazas, además de una oferta de transporte alternativa y manutención y alojamiento gratuitos.

Si a un pasajero le dan asiento en una clase inferior a la que había contratado, la aerolínea deberá devolver en un plazo de siete días parte del precio del billete, que oscilará entre el 30% y el 70% del importe en función de la distancia del vuelo. En cambio, si la compañía asigna al pasajero una plaza de clase superior sin que él lo haya solicitado, ésta no podrá pedirle ningún suplemento.

En casos de fuerza mayor, se pierde la indemnización y las aerolíneas no están obligadas a pagar una compensación a los pasajeros si se cancela un vuelo por casos extraordinarios. En este caso, el viajero tendrá derecho únicamente a un medio de transporte alternativo o al reembolso del billete.

Ante cualquier incidente con el equipaje facturado --pérdida, destrucción o deterioro--, la compañía será responsable, pero es imprescindible que el viajero obtenga un parte de irregularidad, y que conserve una copia, antes de dejar el aeropuerto.

El precio final de las vacaciones es inamovible 20 días antes. Algunas compañías y agencias fijan por contrato que el precio de las vacaciones podrá incrementarse con recargos derivados de fluctuaciones en los precios de los transportes. Esto es legal, aunque en ningún caso los precios podrán ser modificados en un plazo inferior a 20 días a la salida del viaje.

Los viajeros que se desplazan en cualquier tipo de tren tienen derecho a pedir que se les devuelva el 50% del precio del billete por retrasos de más de una hora, y el reembolso íntegro de su billete por retrasos superiores a 90 minutos. En autocar solo la antelación garantiza el billete.

En caso de retraso de la salida de un crucero, los pasajeros tienen derecho a permanecer a bordo y recibir manutención, pero solo podrán pedir la devolución del precio del pasaje si el retraso es superior a diez días. Si el viaje, una vez iniciado, se interrumpe por la inhabilitación del buque, el pasajero puede decidir esperar a su reparación, aunque deberá pagar él su manutención durante la espera.

Para los pasajeros que viajen con paquetes turísticos es importante que conozcan que deben tener a mano toda la información relativa a su viaje, especialmente los datos de contacto de la agencia vendedora y organizadora, así como los datos locales del organizador o los contactos de organismos locales que puedan ayudar al consumidor en caso de conflicto o urgencias.