El asesino de las niñas de Alcácer vivirá en Córdoba

  • La Subdelegación del Gobierno extremará la vigilancia
Miguel Ricart
Miguel Ricart |Telemadrid

El subdelegado del Gobierno en Córdoba, Juan José Primo Jurado, ha destacado este martes que se extremarán "las medidas de vigilancia" ante la posibilidad de que pudiera venir a Córdoba Miguel Ricart, condenado en el año 1997 a 170 años de prisión por el secuestro, violación y asesinato de Míriam, Toñi y Desirée, las tres niñas de Alcàsser (Valencia).

En declaraciones a los periodistas, Primo Jurado ha aclarado que "Miguel Ricart no está en Córdoba", si bien, agrega, "tenemos información de que hay posibilidad de que venga a Córdoba". Ante ello, dice que "lamentaría mucho que un personaje así viniese a la ciudad", a lo que añade que "habría que preguntarle a quien trae a Córdoba a esa persona, por qué lo trae y para qué lo trae".

No obstante, señala que "desde el profundo respeto a una persona que ha sido puesta en libertad, adecuada al marco legal", y que también "el fiscal general del Estado tiene recurrida esa puesta en libertad", añade, "desde el ámbito policial vamos a extremar las medidas de vigilancia y de custodia contra esta persona si finalmente viene".

En concreto, Miguel Ricart salió de la cárcel de Herrera de la Mancha (Ciudad Real) a las 17,42 horas del pasado viernes. Ante el número de periodistas congregados a las puertas de la prisión, Miguel Ricart salió de la misma con el rostro cubierto por una braga polar y un gorro de color negro, sólo mostrando sus ojos.

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Valencia acordó el viernes la inmediata puesta en libertad de Miguel Ricart, único condenado por el triple crimen de Alcàsser (Valencia), según informó el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV).

Ricart fue la única persona condenada por el asesinato de Miriam García, Toñi Gómez y Desirée Hernández, las niñas de 14 y 15 años que desaparecieron en noviembre de 1992 y cuyos cuerpos fueron localizados en el paraje de La Romana el 27 de enero de 1993. El otro considerado autor de este suceso, Antonio Anglés, huyó y figura en paradero desconocido desde entonces.