Desarrollan implantes dentales con actividad antibacteriana

  • Investigadores de la Universidad del País Vasco logran recubrimientos que evitan infecciones y aseguran el éxito de la implantación

Las infecciones son el principal motivo de fracaso de los implantes dentales. No siempre se integran bien en el hueso y a menudo hay que retirarlos. Un grupo de investigadores de la Universidad del País Vasco han desarrollado un material que incluye agentes antibacterianos capaces de evitar las infecciones. Son unos recubrimientos capaces de evitar una posible infección bacteriana, y en el caso de producirse, eliminarla, además de dotar a los implantes de propiedades osteointegradoras, es decir, que favorecen su correcto anclaje al hueso.

Beatriz Palla, investigadora del grupo de Biomateriales del Departamento de Ciencia y Tecnología de Polímeros de la UPV/EHU explica que de hecho, "aproximadamente el 10% de los implantes debe ser eliminado por problemas de osteointegración, o por la aparición de infecciones".

Según información de la Universidad del País Vasco, a la hora de diseñar estrategias para combatir estos problemas, hay que tener en cuenta el desafío que supone dotar a la superficie de los implantes de titanio de propiedades antibacterianas, y a su vez, la gran resistencia que son capaces de desarrollar las cepas bacterianas a las terapias convencionales con antibióticos.

Ese fue el reto que quiso superar el grupo de la UPV/EHU, que lleva un tiempo desarrollando materiales orientados a los implantes dentales. "Ya habíamos conseguido unos recubrimientos que favorecen la generación de hueso alrededor del implante, para de esta forma favorecer su anclaje al hueso. Queriendo ir un paso más allá, buscamos la forma de convertir esos recubrimientos en bactericidas", comenta la investigadora.

La síntesis sol-gel se basa en la preparación de un disolución (sol) de los precursores que, tras un período de reposo, se convierte en un gel con el que se recubre la superficie del tornillo de titanio y, tras el tratamiento térmico a alta temperatura en estufa, queda adherido definitivamente al tornillo que será implantado. "Utilizamos el silicio como precursor, porque en muchos estudios se ha demostrado que este compuesto es osteoinductor, por lo que favorece uno de los objetivos que queríamos lograr. Además, para dotar a los materiales de características antibacterianas, añadimos diferentes agentes antibacterianos".

En el estudio llevado a cabo, Palla desarrolló tres tipos de recubrimientos, en función de los diferentes agentes antibacterianos elegidos, cada uno de los cuales tiene un mecanismo de actuación contra las infecciones bacterianas, bien de manera profiláctica impidiendo la adhesión inicial bacteriana y la posterior infección, o bien eliminándola una vez formada.