Cuatro de cada díez víctimas mortales de un incendio tiene más de 65 años

Cuatro de cada diez víctimas mortales de un incendio son personas mayores de 65 años y la mayoría de los incendios o explosiones que se producen en el hogar ocurren entre noviembre y febrero, por descuidos con el tabaco, radiadores, chimeneas y braseros, o por el mal uso de instalaciones eléctricas.

Así se desprende del "Estudio de víctimas de incendios en España en 2011" elaborado por la Fundación Mapfre y en el que se subraya que los mayores de 65 años son las más vulnerables a la hora de sufrir un incendio, con un índice de víctimas mortales por millón de habitantes de 8,2, "muy superior a cualquier otro colectivo".

El pasado año, 2.510 personas fueron víctimas de un incendio o explosión y, de ellas, 2.337 sufrieron lesiones y 173 fallecieron.

El cuarenta por ciento de los fallecidos eran mayores de 65 años, en su mayoría hombres, que murieron como consecuencia de un incendio o un a explosión originada en el salón o en el dormitorio de su vivienda, durante la noche y en los meses de invierno.

La causa más probable de muerte fueron las quemaduras, en el 56 por ciento de los casos, y la intoxicación por gases, en el 41 por ciento.

Para evitar estas situaciones, los expertos recomiendan a los mayores que no tengan en casa braseros de carbón o leña, velas, ni cocinas de gas, ya que con la edad se pierden facultades y es muy fácil olvidarse de apagarlas.

También se aconseja no fumar en la vivienda dado que los cigarrillos mal apagados son unas de las principales causas de incendio, no sobrecargar los enchufes con ladrones, desconectar los aparatos eléctricos después de usarlos y no dejar las cerillas y los mecheros al alcance de los niños.

Además, se insiste en la conveniencia de cerrar siempre la llave del gas, no situar las estufas cerca de muebles o cortinas ni utilizarlas para secar la ropa y no abandonar una sartén o una olla en el fuego.

También se aconseja tener un detector de incendios y disponer de una manta apaga fuegos en un lugar visible y cerca de la cocina, así como de un extintor de incendios portátil.

El informe también revela que los incendios no afectan por igual a toda España, y así Cantabria, Castilla y León y La Rioja son las comunidades con mayor índice de víctimas mortales.

En 2011, los cuerpos de bomberos realizaron 135.000 intervenciones por incendios, en las que se produjo un diez por ciento menos de víctimas mortales que un año antes.

Otro de los datos que apunta el informe es que en las ciudades de menos de mil habitantes hay cinco veces más riesgo de morir en un incendio que en las poblaciones de más de medio millón.

Por comunidades, Cantabria (con 6,7 víctimas mortales por millón de habitantes), Castilla y León (con 6,6) y La Rioja (con 6,2) encabezan las regiones con mayor índice de víctimas mortales.

Por el contrario, Madrid (con 1,2), País Vasco (con 1,4) y Valencia (con 2,5) son en las que menos muertos registraron en 2011 hubo por esta causa.

A pesar de estas cifras, el informe pone de manifiesto que España tiene uno de los índices más bajos de muerte por incendio del mundo, algo más de 3,7 muertos por millón de habitantes y, en los últimos treinta años, el índice de fallecidos por millón de habitantes se ha reducido en más de un cincuenta por ciento.