Científicos secuencian el genoma del pulpo y descifran los misterios de su cerebro

Un equipo internacional de científicos ha secuenciado el genoma de un pulpo, lo que ha permitido a los investigadores a situarse más cerca de descubrir los genes implicados en la biología inusual de la criatura, incluyendo su capacidad para cambiar de color de piel y textura, así como su cerebro distribuido, que permite a sus ocho brazos se muevan de forma independiente.

En un trabajo publicado en 'Nature', los investigadores descubrieron diferencias notables entre los genomas de los pulpos y otros invertebrados, incluyendo reordenamientos generalizadas de los genes y una expansión dramática de una familia de genes implicados en el desarrollo neuronal, que se pensaba que era exclusiva de los vertebrados.

"El sistema nervioso pulpo está organizado de una manera totalmente diferente a la nuestra: el cerebro central rodea el esófago, algo típico en los invertebrados, pero también tiene grupos de neuronas en los brazos que pueden trabajar de manera autónoma, además de grandes lóbulos ópticos involucrados en visión", ha explicado uno de los autores, Daniel Rokhsar.

Para el investigador, "la secuenciación ha sido una oportunidad para mirar el genoma y ver lo que se puede aprender sobre el cerebro

único y morfología del pulpo".

La comprensión de cómo está distribuido el cerebro del pulpo y de cómo éste interactúa con sus ocho brazos podría, por ejemplo, ayudar a los ingenieros a diseñar brazos prensiles flexibles para robots. En algunos entornos, como bajo el agua, estos sistemas podrían funcionar mejor que los brazos y las piernas articuladas.

UN INVERTEBRADO MAS INTELIGENTE

Con grandes cerebros, altamente desarrolladas, los cefalópodos son los invertebrados más inteligentes en el planeta y han demostrado tener comportamientos complejos para, por ejemplo, la resolución de problemas o el aprendizaje.

"Ya hemos encontrado varios tipos de genes que se expanden de manera espectacular en el pulpo en relación con otros vertebrados, y creemos que juegan un papel crítico que les sitúa en un nuevo nivel de complejidad neuronal con respecto al resto de invertebrados", ha añadido el investigador.