Aránzazu Estévez ya es reina de los carnavales de Gran Canarias

  • Los brasileños empalman la noche y el día en las fiestas de carnaval

La joven Aránzazu Estévez, transformada por en a Princesa de las mil rosas por el diseñador Fernando Méndez, se ha convertido en la reina del carnaval de las Mil y una noches de Las Palmas de Gran Canaria.

Junto a ella, conformarán la corte real como primera dama Suna Emboirik, con la fantasía A las puertas de la India; como segunda dama Yanira Falcón, que lució Ónix; y como tercera Yaiza Artiles, con la fantasía La foulé de Willie Díaz.

La sorpresa llegó con Lola Rodríguez, una joven transexual, que con solo 16 años se ha convertido en cuarta dama de honor del carnaval capitalino.

La gala comenzó con una obertura de cuento en la que participaron más de 200 personas y contó como maestros de ceremonias con la presentadora Vidina Espino y el periodista Carlos Castilla, acompañados por la actriz Lili Quintana.

La edición de este año incluyó por primera vez un homenaje del mundo del carnaval a la Unión Deportiva Las Palmas, en el que el grupo Los Gofiones y la banda municipal unieron sus voces mientras el público aplaudía a jugadores y grandes figuras como Pacuco Rosales o Juan Carlos Valerón.

Tras la obertura, las puertas de Oriente se abrieron para dar paso a las diez princesas que optaban al título de Reina del Carnaval.

Con ellas, el escenario se llenó de magia, color, plumas, purpurina, telas, cristales de Swarosky, espejos, y un sin fin de ritmos, emociones, adrenalina y buenas actuaciones; tanto, que el primer puesto estuvo más que reñido entre varias de las candidatas.

Imprescindible resultó también el buen hacer de todos los grupos de la fiesta, murgas y comparsas, y de los personajes del carnaval capitalino, que quisieron acompañar y arropar a las diez bellezas que luchaban por conquistar el título de Reina del carnaval.

El ritmo y la música ha llegaron de la mano de Swing Star, Baby Lorenzo y Miguel de la Cruz. Si bien el momento más esperado, junto al de la coronación, fue la actuación de Auryn, que logró levantar al público que llenaba el graderío del parque de Santa Catalina.

El final del cuento concluyó con la entrega de la corona a Estévez por parte de la reina saliente Cindy Klein, quien ha confesado a Efe que le da pena ceder la corona, pero que "está convencida de que la nueva reina lo va a hacer bien".

Ahora comienza una nueva historia, un cuento que mañana dibujará una marea humana que inundará las calles de Las Palmas de Gran Canaria, porque este sábado 120 carrozas y más de 15.000 personas trasladarán la magia a la calle en la gran cabalgata. Así que toca ponerse el disfraz y salir a disfrutar del carnaval de Las Palmas de Gran Canaria.

CARNAVALES DE RÍO

Los brasileños empalmaron las fiestas de la noche del viernes y las de la mañana del sábado en las multitudinarias fiestas de carnaval que se extienden por todo el país.

En ciudades como Río de Janeiro y Recife, la capital del estado de Pernambuco (noreste), las comparsas más madrugadoras salieron a la calle a las 8.00 hora local (11.00 GMT) recogiendo a los miles de personas que pasaron toda la noche de fiesta y a otros muchos que optaron por tomarse un descanso de varias horas de sueño.

Estas dos ciudades mantienen una particular rivalidad para dirimir cuál es capaz de organizar una fiesta más multitudinaria en el sábado de carnaval, en ambos casos, con cifras que superan con holgura un millón de personas.

En Río, la fiesta más concurrida es la organizada por la comparsa Cordão da Bola Preta, que abarrota las amplias avenidas del centro de la ciudad al ritmo de la samba y de las "marchinhas", las tradicionales e irreverentes canciones de carnaval carioca.

Recife organizó, como cada año, el Galo da Madrugada, que reunió a una ingente cantidad de personas ávidas de fiesta al inicio de la mañana por las calles y puentes del centro de la capital de Pernambuco.

A diferencia de Río, en el carnaval de Recife no se oye samba, sino "frevo, una música alegre que se acompaña con una danza mezclada de saltos casi acrobáticos y en la que los bailarines llevan un diminuto paraguas arcoíris en la mano.