Alberto de Mónaco y Charlene, en el concierto de Jean Pierre Jarret

El enlace civil entre el Príncipe de Mónaco y la ya Princesa fue toda una fiesta donde no faltaron ni bailes, ni fuegos artificiales. La pareja emocionada y muy ilusionada quiso dar las gracias a todos los monegascos a ritmo de Jean Pierre Jarret.

Puntualidad máxima en la boda de los Príncipes de Mónaco. A las cinco en punto Charlene apareció en el Salón del Trono del Palacio Grimaldi, dejando a todos los presentes con la boca abierta. Su secreto mejor guardado: un elegante traje pantalón de gasa en color azul aguamarina que ha combinado con un cuerpo de encaje y una chaqueta de manga larga.

Tras el esperado 'sí quiero', la pareja de recién casados salió a saludar al Palacio Real, donde Alberto y Charlene se fundieron en un emotivo y cariñoso beso.

Pero la emoción no acabó ahí, los Príncipes de Mónaco se dirigieron a su primera fiesta como marido y mujer, mientras su invitados disfrutaban de un suculento cóctel en el hotel Hermitage.

Jean Pierre Jarret fue el encargado de hacer bailar a la multitud de asistentes gracias a sus sonidos electrónicos. Un concierto que cautivó a los presentes, al público que disfrutó del evento por Internet y por supuesto a los protagonista del día.

El Príncipe Alberto y Charlene subieron al escenario para dirigirse al público, por primera vez como marido y mujer, y disfrutar de los fuegos artificiales. Para el emotivo momento, la Princesa se desprendió de la chaqueta que había lucido en la ceremonia, luciendo así un escote en palabra de honor que potenciaba más aún su belleza.

"Gracias a todos por vuestro cariño. ¡Viva Mónaco!", dijo la Princesa en inglés antes de abrazar a su marido, quién animó al público a divertirse, "está noche es increíble".