Un niño inquieto y estudioso para sus vecinos de las Flores

Los vecinos del barrio porteño de Las flores de Buenos Aires conocen bien esa sencillez y humildad del Papa.

Aseguran que la demuestra desde que era muy pequeño y no dejan de recordar anécdotas sobre su infancia.

El Papa Francisco fue un niño inquieto y estudioso, que nunca soñó con llegar al Vaticano, y cuya temprana vocación religiosa no le impidió tener un amor adolescente.

Amalia, una amiga de la infancia, que fue su novia cuando tenían 12 o 13 años. “Si no me caso con vos, me hago cura”, le dijo un día de forma profética Bergoglio, pero al final el romance no prosperó por la oposición de los padres de ella, dijo Amalia.

Decenas de periodistas se agolpan en la puerta de la casa en la que Bergoglio pasó sus primeros años en los que, además de jugar al fútbol con sus amigos, dedicaba mucho tiempo a los estudios.

Según sus vecinos, Bergoglio no sólo se acercaba a la gente que conocía sino, sobre todo “con los humildes, los pobres, los diferentes, a los que nadie mira”.

La hermana de Francisco, María Elena Bergoglio, dijo ayer que “tener un hermano Papa es una bendición”.

Además, manifestó al canal Todo Noticias que cuando el Papa salió a hablar al balcón de San Pedro vio “al Jorge de siempre, distendido y muy emocionado”.

En el momento en que se anunció la designación, María Elena manifestó que apenas escuchó Jorge Mario se puso a llorar. “No llegué a escuchar el apellido”, dijo.