El juez cree que los padres de Asunta tenían un "plan concordado" para matarla

El juez instructor José Antonio Vázquez Taín está convencido de que los padres de Asunta Basterra tenían un "plan concordado" para matar a la niña, según el cual, él se encargaría de drogarla hasta el aturdimiento para "facilitar" la asfixia que ejecutaría ella.

En el auto y por el que se levanta el secreto de sumario que ha estado en vigor durante casi dos meses, el magistrado apunta que el periodista Alfonso Basterra sabe que, en base a los resultados de la autopsia y a los análisis de Toxicología, se le imputa que el día en que murió la niña, como en "episodios anteriores", le suministró una "dosis tóxica" de un ansiolítico.

Especifica que el motivo de esta acción sería privar a la víctima de "toda voluntad y defensa" y, presuntamente, facilitar la acción de asfixia "en un plan concordado" con la abogada Rosario Porto, su ex mujer y madre de la pequeña. Los dos están encarcelados en el penal coruñés de Teixeiro acusados de la presunta comisión de un delito de asesinato, algo que los dos únicos imputados por este crimen niegan.

Vázquez Taín explica en esta providencia que ambos son "perfectos conocedores de los hechos que se les imputan y de gran parte de los indicios que existen contra ellos" y añade que, una cuestión distinta y lógica es que, por su situación procesal y fáctica, hayan optado por guardar silencio hasta ser "perfectos conocedores" de todo el contenido de la causa.

La razón de este mutismo sería no volver a entrar en contradicciones "palmarias con pruebas objetivas", como ha ocurrido con el lugar y hora en que vieron por última vez a Asunta, puesto que Basterra corroboró la versión de Porto hasta que, sabedor de la existencia de grabaciones que la contradecían, "comenzó a afirmar que no había preguntado a su esposa dónde había quedado la menor".

POLVOS BLANCOS

Otra discrepancia se produce, según el auto, cuando la propia Rosario afirma que Alfonso tenía el tranquilizante Orfidal en su domicilio, pero en el momento en que esto se le comunica a él, Basterra lo desmiente. También, en base a la declaración de Porto, se acusa a Basterra de "haber intoxicado supuestamente a la menor al menos en una ocasión con polvos blancos que no ha explicado de qué se trataba".

De Rosario Porto, el juez indica que "conoce perfectamente" que se le considera "responsable en connivencia con el otro imputado" de drogar "durante un período de al menos tres meses a su hija" y de asesinarla "mediante asfixia mecánica" el día 21 de septiembre. Además "conoce perfectamente" que han pesado sus "confusas" explicaciones sobre el presunto incidente en el que un desconocido intentó matar a la fallecida Asunta y que ella relató en comisaría cuando interpuso la denuncia de desaparición; sobre "dónde y cómo" dejó a la menor el día de su fallecimiento, y sobre "qué hizo en el período de tiempo" en el que la niña fue presuntamente asesinada.

Si no hubo un alzamiento hasta ahora, se debe a que el secreto acordado estaba basado en la necesidad de practicar una serie de actos de instrucción con las mínimas garantías y, en todo caso, "todavía quedan una serie de elementos de instrucción que justificarían" mantenerlo, como la desaparición del ordenador de Alfonso Basterra o de su segundo terminal móvil, que "por razones que se escapan" ha ocultado. No obstante, dado que tanto Basterra como Porto han manifestado expresamente que no colaborarían mientras estuviese vigente el secreto, se ha levantado a fin de que sus defensas puedan instruirse de todo el acervo probatorio conseguido.

El juez detalla que el contenido de los folios del sumario es "realmente sensible" y por ello las copias entregadas a todas las partes personadas llevan una marca de agua diferenciada para identificar a los autores de las filtraciones. La instrucción considera probado que en el domicilio del padre de Asunta es donde se produjo la ingesta de tranquilizante, una elevada dosis para provocar un pasmoso aturdimiento, y también que existe una autoría material y otra intelectual y "perversa". Asunta, una niña con altas capacidades, falleció con 12 años, y en la instrucción del crimen ha quedado descartada la intervención de una tercera persona.