La detección temprana, clave para evitar el daño del glaucoma

  • El glaucoma no presenta síntomas y, sin tratamiento, puede llevar a la ceguera
  • Sigue siendo la mayor causa de ceguera en Occidente, pero se detecta con pruebas fáciles y rápidas

El glaucoma, es una patología ocular que llega en silencio y solo hay una manera de saber si lo tenemos o no. Una prueba diagnóstica que no duele pero que puede evitarnos perder la vista, de por vida.

La detección temprana, mediante exámenes oculares habituales y completos, es la clave para proteger su visión del daño que provoca el glaucoma. Es importante que se realice un examen de ojos regularmente. Debe analizarse los ojos: antes de los 40 años, cada dos a cuatro años; desde los 40 años hasta los 54 años, todos los años a cada tres años; desde los 55 años hasta los 64 años, todos los años a cada dos años; después de los 65 años, cada seis a 12 meses. Toda persona que presente factores de riesgo elevados debe someterse a un examen oftalmológico completo todos los años o cada dos años después de los 35 años.

Lo primero, anestesiar con unas gotitas los ojos, los cerramos y comienza la prueba. En menos de dos minutos el oftalmólogo nos medirá la tensión del ojo. Medir la tensión de nuestros ojos es fundamental porque para que se hagan una idea nuestro ojo es como una especie de globo lleno de agua. Y si la presión es alta puede afectarle muy negativamente.

Según explica el doctor David Antolín, jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario de Torrejón de Ardoz, el glaucoma es una enfermedad del ojo que le roba la visión de manera gradual. Por lo general no presenta síntomas y puede resultar en la pérdida de la visión de manera repentina.

Sin el tratamiento apropiado, el glaucoma puede llevar a la ceguera. La buena noticia es que con exámenes oftalmológicos periódicos, la detección temprana y el tratamiento puede preservarse la vista.

El glaucoma. Sigue siendo la mayor causa de ceguera en occidente y se detecta con pruebas fáciles, sin dolor y en poco más de minutos.

CIUDADO DE NUESTROS OJOS

Lo primero para cuidar de nuestros ojos es cuidarnos a nosotros mismos en conjunto. Llevar un estilo de vida lo más saludable posible, una dieta equilibrada, realizar un ejercicio físico moderado con frecuencia, repercuten en el conjunto de los sistemas del organismo de forma beneficiosa. El estilo de vida moderno, el estress laboral, a menudo hacen que estas recomendaciones queden en agua de borrajas, pero hay que tener en la mente que respetar estas normas generales añade años a esa vida, y calidad de vida a esos años.

Se debe adquirir la costumbre de realizar una revisión periódica ocular que sólo el especialista (médico oftalmólogo) puede realizar de forma completa.

Vigilar el fondo de ojo, para prevenir los desprendimientos de retina y las enfermedades de la mácula, la presión intraocular para prevenir el glaucoma, que no produce ningún síntoma, no permitir que las cataratas alcancen una dureza que comprometa la seguridad a la hora de intervenir, en definitiva, asumir como una revisión necesaria la ocular y encontrar un médico oftalmólogo de confianza que nos oriente.

En los últimos años, los tratamientos de las enfermedades de la mácula como la degeneración macular y la diabetes han evolucionado de manera espectacular, como también lo han hecho el tratamiento del queratocono, la microcirugía del glaucoma, permitiendo que muchos pacientes intervenidos dejen de utilizar colirios, o las técnicas de transplante corneal, que se han simplificado y ampliado espectacularmente sus indicaciones, son otros de los aspectos más destacables.

El cambio de perspectiva en la medicina ha desplazado el objetivo del mero tratamiento paliativo de las enfermedades a la utilización de los medios para la mejora de la calidad de vida.