la Vía Láctea chocará con Andrómeda en 4.000 millones de años

  • La NASA se prepara para inmortalizar el último tránsito de Venus hasta 2117
Vía Láctea chocará con Andrómeda
Vía Láctea chocará con Andrómeda |Vía Láctea chocará con Andrómeda

Astrónomos de la NASA ahora pueden predecir con certeza el próximo evento cósmico importante que afectará a la galaxia, el sol, y el sistema solar: la colisión titánica de nuestra Vía Láctea con la vecina galaxia de Andrómeda.

La Vía Láctea sufrirá un importante cambio de aspecto durante el encuentro, que se prevé que ocurrirá dentro de 4.000 millones de años. Es probable que el Sol acabe en una nueva región de nuestra galaxia, pero nuestra Tierra y el sistema solar no están en peligro de ser destruidos.

"Nuestros hallazgos son estadísticamente compatibles con un choque frontal entre la galaxia de Andrómeda y nuestra galaxia, la Vía Láctea", dijo Roeland van der Marel del Space Telescope Science Institute (STScI) en Baltimore.

La solución vino a través de meticulosas mediciones del Telescopio Espacial Hubble sobre el movimiento de Andrómeda, que también es conocida como M31. La galaxia está ahora a 2,5 millones de años luz de distancia, pero está aproximándose inexorablemente hacia la Vía Láctea por la atracción de la gravedad mutua entre las dos galaxias y la materia oscura invisible que rodea a los dos.

"Después de casi un siglo de especulaciones sobre el destino futuro de Andrómeda y nuestra Vía Láctea, al fin tenemos una idea clara de cómo se desenvolverán los acontecimientos en los próximos miles de millones de años", dijo Sangmo Tony Sohn, del STScI.

Las simulaciones de ordenador derivadas de los datos del Hubble muestran que tomará un período adicional de dos mil millones de años después del encuentro en producirse una interacción que las haga fusionarse por completo bajo el tirón de la gravedad, y formar de nuevo una única galaxia elíptica similar a las que comúnmente se ven en el universo local.

A pesar de las galaxias chocan entre sí, las estrellas dentro de cada galaxia están tan lejos que no van a chocar con otras estrellas durante el encuentro. Sin embargo, las estrellas serán arrojados en diferentes órbitas alrededor del centro galáctico nuevo. Las simulaciones muestran que nuestro Sistema Solar probablemente será lanzado mucho más lejos del núcleo galáctico de lo que está hoy en día.

Para complicar más las cosas, la pequeña compañera de M31, la galaxia del Triángulo, M33, se unirá en el choque y quizás más adelante se fusione con sus dos parientes. Hay una pequeña posibilidad de que M33 llegue a la Vía Láctea en primer lugar.

El universo se está expandiendo y acelerando, y las colisiones entre galaxias cercanas todavía ocurren debido a que están obligadas por la gravedad de la materia oscura que los rodea. Los puntos de vista profundos del Hubble del muestran que este tipo de encuentros entre galaxias eran más comunes en el pasado, cuando el universo era más pequeño.

LA NASA SE PREPARA PARA INMORTALIZAR EL ÚLTIMO TRÁNSITO DE VENUS

La NASA y otras instituciones de EE.UU. se preparan para observar el tránsito de Venus entre el 5 y el 6 de junio, con decenas de actividades para capturar las mejores imágenes de este momento que no se volverá a repetir hasta 2117.

Venus pasará entre la Tierra y el Sol, lo que permitirá ver el planeta como un pequeño punto deslizándose lentamente a través del astro rey, un fenómeno que ya fue avistado por astrónomos como Galileo Galilei.

Los científicos de los siglos XVI y XVII observaron los tránsitos de Mercurio y Venus, los dos planetas "interiores", para medir la distancia de la Tierra al Sol en un esfuerzo por calcular el tamaño de nuestro Sistema Solar.

Sin embargo, aunque "ya tenemos ese número calculado, los tránsitos siguen siendo útiles", explicó en un comunicado Frank Hill, del Observatorio Nacional Solar (NSO).

El último tránsito de Venus de este siglo "nos ayudará a calibrar los diferentes instrumentos y la caza de planetas extrasolares con atmósferas" para aprender a evaluar otros sistemas solares en la búsqueda de vida en el universo, agregó Hill.

El NSO utilizará sus telescopios en Arizona, Nuevo México, California, Hawai, Australia y la India para grabar ese momento con cientos de imágenes que publicará en tiempo real en su página web.

Los telescopios del NSO tratarán de obtener mediciones complementarias de la estructura de la atmósfera de Venus buscando los rastros espectrales producidos por sus abundantes emisiones de CO2.

Con un gran encuentro en Mauna Kea (Hawai), considerado el mejor punto del planeta para su visión, la NASA retransmitirá el evento en directo en su sitio de internet y conectará con expertos de sus centros y de 148 países que realizarán actividades de seguimiento.

La agencia espacial estadounidense proporcionará imágenes desde la Estación Espacial Internacional (EEI), el telescopio espacial Hubble y el Observatorio de Dinámica Solar (SDO).

El astronauta estadounidense Don Pettit, tripulante de la EEI, será el primer humano en ser testigo y fotografiar el tránsito desde el espacio, que compartirá casi en tiempo real.

Los tránsitos de Venus son algo poco habitual por lo que ha habido pocas oportunidades para fotografiarlos desde la Tierra y mucho menos desde la órbita terrestre.ç

"He estado planeando esto mucho tiempo", expresó Pettit en un comunicado de la NASA.

Pettit apuntará con su cámara a través de las ventanas laterales de la cúpula de la estación espacial, un módulo-observatorio construido por la Estación Espacial Europea que ofrece una visión de gran angular de la Tierra y el cosmos a través de sus siete ventanales.

El observatorio gratuito en internet y aplicación para móvil "Slooh Space Camera", que permite explorar el espacio sin salir de casa, mostrará imágenes desde los telescopios solares de Australia, Japón, Nueva Zelanda, Hawai, Noruega, Arizona y Nuevo México.

Slooh hará, además, un seguimiento de Venus a partir de las 22.00 GMT del día 5 en el que participarán científicos, cineastas, ingenieros y expertos en ciencia como Bob Berman, columnista de "Astronomy Magazine", que explicarán a los espectadores el proceso.

"El tránsito de Venus es algo extremadamente raro", según Berman, quien explicó que cuando ocurre uno "le sigue otro en exactamente ocho años menos dos días, pero luego deben pasar 105 años y medio para que suceda otro par de tránsitos separados por ocho años".

El último que se vio fue el 8 de junio de 2004 y el próximo se calcula que será en diciembre de 2117, lo que convierte al que se verá la próxima semana en el séptimo tránsito documentado observado por humanos desde el siglo XVII, según el experto.

El evento, sólo precedido por los de 1639, 1761, 1769, 1874, 1882, además del de 2004, ha generado gran expectación, y los expertos advierten de que, para que el disfrute sea completo, no se mire al Sol sin el equipo adecuado ya que puede causar lesiones oculares.