El hallazgo de cinco cadáveres, uno de ellos el de un bebé, pertenecientes a la misma familia, conmocionó este martes a la sociedad polaca, mientras que la policía investiga las circunstancias del crimen, que se sospecha cometió el padre.
Los hechos tuvieron lugar en la noche del lunes en una casa unifamiliar de la localidad polaca de Chodziez (centro), según declaró hoy a la prensa el fiscal que ha asumido el caso, Łukasz Wawrzyniak.
La investigación preliminar indica que probablemente fue el padre, una hombre de 41 años, quien asesinó primero a sus progenitores, de 71 y 73 años, en el piso de arriba, después a su mujer, de 38, cuyo cuerpo fue hallado atado en el sótano, y finalmente acabó con la vida de su bebé de cuatro meses, y a continuación se suicidio.
Las autoridades han declinado proporcionar más detalles sobre el macabro suceso y se limitaron a explicar que "todas las víctimas tenían heridas de cuchillo" y que el presunto autor carecía de antecedentes y no pesaba sobre él ninguna denuncia.
La policía se personó en el domicilio alertada por la llamada de un familiar que había intentado contactar sin éxito con la madre y, una vez en la casa, encontró a dos de las víctimas en el piso de abajo, tras lo cual pidió ayuda.
El portavoz de la policía Andrzej Borowiak indicó este martes en una rueda de prensa que la familia se había trasladado hace solo dos meses a esa vivienda con la intención de cuidar de los padres del marido.
Por su parte, el fiscal declaró que "si bien en un principio se sospechó de que el crimen pudo ser perpetrado por alguien distinto, pues se encontró abierta la puerta trasera de la casa, parece claro que estamos ante un cuádruple homicidio y un suicidio del autor".
