La Policía identifica 25 cadáveres en condiciones extremas en lo que va de año

Los especialistas de Necroidentificación de la Comisaría General de Policía Científica de la Policía Nacional han identificado 25 cadáveres, encontrados en situaciones extremas, en lo que va de año gracias a las distintas técnicas científicas utilizadas, según ha informado el Ministerio del Interior en un comunicado.

Esta especialidad policial, integrada dentro de la Unidad Central de Identificación, puso nombre y apellidos en 2012 a otras 69 personas cuya identificación fue especialmente compleja por el estado de conservación de los cuerpos.

Uno de sus últimos trabajos ha sido el pasado fin de semana, los expertos de Policía Científica lograron identificar plenamente a dos cadáveres que aparecieron semienterrados en un huerto de una pedanía Murciana. Los cuerpos pertenecían a Ingrid Visser y Lodewijk Severin.

La información obtenida tras el estudios de los cadáveres y las inspecciones técnico policiales efectuadas en el lugar de la localización de los cuerpos y en los distintos registros permitió en pocas horas no sólo identificar a las víctimas sino detener a los autores de los hechos.

El equipo de necroidentificación ha efectuado en los últimos diez años 671 informes periciales, algunos de ellos vinculados a hechos ocurridos fuera de España. Uno de los últimos desplazamientos ha sido a Honduras, en febrero de 2012, para ayudar en las tareas de identificación de los fallecidos en el incendio de un penal de Comayagua. Los expertos de la Policía Nacional española facilitaron la identificación de 198 personas.

TIGRES DE ARKAN

Otro de los casos llevados a cabo por este equipo tuvo lugar entre el 12 y el 16 de marzo de 2012, cuando un especial despliegue de expertos de Policía Científica, junto a agentes de Seguridad Ciudadana y el Grupo de Operativo de Intervenciones Técnicas, inspeccionaban más de 1000 metros cuadrados en la ribera del Manzanares en Madrid.

Los agentes buscaban restos humanos que podrían haber sido arrojados al río en 2009. Después de tres años, y teniendo en cuenta la dificultad del terreno, se localizaron más de cien restos óseos, algunos de menos de un centímetro, que permitieron obtener un perfil genético de la víctima: un ciudadano serbio miembro del denominado 'Clan Zemun' que fue asesinado por otros integrantes de este grupo.

Otro de los casos resueltos el pasado año es el de una mujer de origen ecuatoriano que desapareció en agosto en Guadalajara. Un mes más tarde aparecía en un descampado un cadáver en estado de momificación, con algunas regiones anatómicas esqueletizadas y con las falanges en pésimo estado. Los especialistas lograron regenerar los pulpejos por métodos químicos, identificar a la víctima y detener al autor del crimen.

Además, en mayo de 2010, la explosión de una bombona de butano producía el derrumbe de un edificio en Logroño en el que fallecía una familia. Tras el rescate de los cuerpos sin vida, fragmentados y quemados, se realizaron diversas técnicas identificativas conforme al estado cadavérico de cada víctima. El padre fue identificado mediante necroreseña, la madre mediante el cotejo odontológico del historial médico y a los dos menores de edad se les identificó mediante muestras de ADN y el estudio antropológico.

INFORMACION DE UN CADAVER

Ante el hallazgo de un cadáver del que se desconoce su identidad real, los especialistas de Policía Científica deben recabar toda la información previa que puedan aportar testigos, posibles familiares de la víctima o agentes de la Policía Judicial que estuvieran ya investigando un delito o desaparición.

Datos como sexo, edad, raza, impresiones dactilares, fotografías, radiografías, estudios dentales, tatuajes, enfermedades específicas o cualquier otra peculiaridad que fuera identificativa. Toda esa información será posteriormente cotejada con los datos que nos aporta el cadáver encontrado.

Los expertos de Policía Científica deben recoger determinadas muestras y material videográfico del cuerpo en el lugar donde es localizado, tanto para posibilitar su identificación como para facilitar la investigación de las causas de su muerte y la detención de los autores en caso de muertes violentas.

Los agentes valorarán la realización de una necroreseña según el tiempo transcurrido y la conservación del cadáver. Si no fuera posible efectuar esas impresiones dactilares del cuerpo, se amputará las falanges para su regeneración química con el fin de obtener el dactilograma.

Los especialistas recogerán también muestras biológicas y se efectuará también una identificación dental. El cadáver, su posición, la rigidez, las livideces e incluso la fauna cadavérica puede aportar información esencial a los investigadores. La Comisaría General de Policía Científica de la Policía Nacional dispone del único y pionero Laboratorio Policial de Entomología Forense en toda España, sus estudios aportan información sobre data de la muerte o lugares donde ha estado el cadáver. Toda la información recogida se incorpora en la Base de Datos de Personas Desaparecidas y Restos Humanos sin Identificar (PDYRH) que comparten la Policía Nacional, la Guardia Civil y las policías autonómicas del País Vasco, Cataluña y Navarra.