Expertos forenses ratifican que los restos son inequívocamente humanos y de niños

El equipo de antropólogos forenses de la Universidad Complutense (UCM) que ha elaborado el último informe sobre los restos hallados en Las Quemadillas ha confirmado hoy que los huesos están "muy deteriorados", que son "inequívocamente humanos" y que pertenecen a dos niños. Así lo ha asegurado el director de la Escuela de Medicina Legal y Forense de la UCM y experto en odontología forense, Bernardo Perea, en una rueda de prensa en la que ha dado a conocer las conclusiones del dictamen pericial de los restos encargado a esta universidad por el juez de instrucción número 4 de Córdoba, José Luis Rodríguez Lainz.

El objetivo de este informe, el quinto después de que el juez también ordenara al Instituto Nacional de Toxicología analizar los restos, era corroborar o contradecir el informe encargado por la familia materna de los niños al también antropólogo Francisco Etxebarria, que sostiene que los restos son de menores. El dictamen del equipo de Medicina Legal y Forense de la UCM, que coincide en "la práctica totalidad" con las conclusiones de Etxebarria, determina que "hay restos inequívocamente humanos y ninguno con características de animal".

EN TORNO A LOS SEIS AÑOS Y OTRO DE EDAD INFERIOR

Además, el informe elaborado por Perea junto con los también antropólogos forenses José Antonio Sánchez y Enrique Dorado, dictamina que los restos óseos corresponden a dos personas que, "por sus características métricas y morfológicas", pertenecen a dos menores. "Uno claramente en torno a los seis años y otro que presentaba un grado de maduración menor, en el que los indicios existentes sitúan en torno a los dos años", ha dicho el doctor, antes de subrayar que en este último caso los huesos hallados están "más deteriorados".

En este sentido, Perea ha afirmado que los restos encontrados dos días después de la desaparición de los menores en una hoguera de la finca Las Quemadillas (Córdoba), el pasado 8 de octubre, "presentan un importante deterioro por el efecto del calor" y están "muy fragmentados".Por ello, "no hay datos para determinar el sexo de los restos" ni para discernir "el mecanismo de la muerte", al tiempo que ve "improbable extraer de los restos material de ADN que permita identificar si los huesos pertenecen a los hermanos Ruth y José Bretón.

El doctor Perea también ha señalado que se han perdido muchos huesos en la cremación de los mismos, especialmente dientes y huesos que corresponderían al menor de los cuerpos. Preguntado por el tiempo que el equipo ha empleado para llegar a la conclusión de que los restos pertenecen a humanos, Perea ha afirmado que "en una primera apariencia eran humanos" y que su primer análisis les llevó "unas cinco o seis horas", aunque luego examinaron los huesos "más detenidamente".

Con todo, ha precisado que no ha sido necesario aplicar técnicas de análisis microscópico, pues las características métricas de los restos hallados eran "suficientemente evidentes" para determinar que se trataba de humanos. Según ha explicado el experto Enrique Dorado, responsable del Laboratorio de Antropología del Instituto Anatómico Forense, tampoco puede extraerse del análisis de los huesos que los cuerpos fueran quemados vivos o muertos.

Sobre el error del primer informe elaborado por una facultativa de Policía Científica que dijo que los restos eran de animales, el equipo de forenses de la Universidad ha insistido en que la confrontación de los dictámenes existentes se realizará en el juicio. Tras conocer los resultados de los últimos informes, tanto el de Toxicología como el de la Universidad Complutense, el magistrado encargado del caso imputó a José Bretón, padre de los dos niños desaparecidos dos delitos de asesinato con alevosía y la agravante de parentesco.

El juez decidió además levantar el secreto parcial de sumario decretado la semana pasada, por lo que las partes implicadas en el caso podrán solicitar las diligencias que consideren oportunas.