Detenido el padre acusado de matar a sus dos hijos en Ubrique

Un reguero de su propia sangre ayudó a la localización de Juan M.F., de 53 años, que se escondió en el monte tras matar a cuchilladas a sus dos hijos, de 20 y 16 años, en su casa de Ubrique (Cádiz), según fuentes de la investigación.

El hombre, gran conocer de los montes por su afición a la caza, fue localizado y detenido sobre las dos de la tarde en un paraje conocido como Los Olivares, a unos dos kilómetros de Ubrique.

Hasta allí llegó huyendo desde la casa familiar, en el centro del pueblo, tras matar presuntamente con un cuchillo a sus dos hijos, una mujer de 20 años y un menor de 16, sobre las cinco de la mañana.

En el forcejeo con sus hijos el hombre se hizo heridas, al parecer unos cortes, lo que hizo que sangrara y que, más tarde, él mismo se practicara un torniquete para contener la hemorragia.

Para ser atendido de estas heridas, tras su detención, el hombre fue trasladado al hospital de Villamartín.

El alcalde de Ubrique, el popular Manuel Toro, ha agradecido en declaraciones a EFE el trabajo de la Policía Local y de la Guardia Civil para localizar y detener al presunto homicida, que pasará a disposición judicial cuando concluyan las diligencias policiales sobre el caso.

El alcalde ha calificado de "lamentable" el suceso, que ha conmocionado a un pueblo "tranquilo", en el que "todos nos conocemos" y en el que el parricida no era una persona de carácter violento.

El pueblo, en el que se han decretado dos días de luto, expresará mañana su repulsa por este doble crimen con una concentración en las puertas del consistorio.

Las muertes de los dos hermanos se producen casi un año después del fallecimiento de su madre, y esposa del supuesto homicida, a consecuencia de una enfermedad.

Según han comentado a Efe los vecinos, el padre, trabajador del sector de la marroquinería y que no tenía problemas económicos porque había heredado "dos o tres fincas", tenía una nueva relación sentimental con otra mujer que vive en el pueblo y a la que quería llevar a vivir a la casa familiar, a lo que los hijos se negaban.