Chile y España impulsan una alianza ante el impacto de los satélites en las observaciones espaciales

  • Ambos países lideran infraestructuras científicas y tecnológicas afectadas por la masificación de sondas orbitales
Trazas de los satélites Starlink durante la observación de un grupo de galaxias
Trazas de los satélites Starlink durante la observación de un grupo de galaxias |VICTORIA GIRGIS / OBSERVATORIO LOWELL

A las dificultades para obtener cielos nocturnos con oscuridad suficiente para realizar observaciones espaciales se suma la proliferación de satélites en órbita que echan por tierra muchas horas de investigación.

Conocidos son los aparatos que lanza por docenas Starlink, pero no menos presentes son los de otras constelaciones de comunicaciones y de observación de diferentes países y empresas de todo el mundo.

En muy poco tiempo, en menos de una década, el cielo nocturno se ha llenado de nuevos objetos que distorsiona el trabajo de cientos de investigadores en ambos hemisferios del planeta.

Madrid pierde su cielo nocturno por la contaminación lumínica
Madrid pierde su cielo nocturno por la contaminación lumínica
Madrid pierde su cielo nocturno por la contaminación lumínica

Madrid pierde su cielo nocturno por la contaminación lumínica

Ahora Naciones Unidas ha decidido abordar este problema. La propuesta, defendida por Chile y España, ambos países que albergan una importante infraestructura astronómica internacional, ha recibido un amplio respaldo.

La Unión Astronómica Internacional (IAU), el Observatorio Europeo Austral (ESO), la Sociedad Astronómica Europea (EAS) y el Observatorio Square Kilometre Array (SKAO), todos ellos observadores permanentes del comité apoyan este esfuerzo.

Un tercio de la humanidad no ve la Vía Láctea por la contaminación lumínica
Un tercio de la humanidad no ve la Vía Láctea por la contaminación lumínica
Un tercio de la humanidad no ve la Vía Láctea por la contaminación lumínica

Un tercio de la humanidad no ve la Vía Láctea por la contaminación lumínica

Según Naciones Unidas, hay un creciente reconocimiento de la importancia de "preservar los cielos oscuros y tranquilos tanto para la investigación astronómica como para el patrimonio cultural de la humanidad".