Atún y pez espada, no recomendables para bebés

  • Espinacas y acelgas bajo el punto de mira
  • Los grandes túnidos tienen metales no aconsejables

No es una alarma, pero si una recomendación. La agencia española de seguridad alimentaria recomienda no dar atun rojo, pez espada ni tiburón a los niños menores de tres años ni a las mujeres embarazadas.

En una rueda de prensa, junto al presidente de la AESAN, Roberto Sabrido, la ministra de Sanidad ha querido mandar un mensaje de tranquilidad tras la información publicada hoy por el diario El País que recoge las recomendaciones de la AESAN sobre el consumo de pescado, verduras como acelgas y espinacas y crustáceos.

La ministra ha insistido en que comer pescado es beneficioso para la salud, por lo que su consumo es "absolutamente" recomendable.

Pajín ha afirmado que los controles de la alimentación en España son "exhaustivos" y ha reiterado que se puede comer pescado azul "con total garantía".

La titular de Sanidad ha reconocido que los niveles de metales en el pescado y en algunos vegetales son "una preocupación constante" de las autoridades sanitarias, por lo que están "en constante alerta y vigilantes" y ha indicado que las recomendaciones son a nivel europeo.

Por su parte, Sabrido ha explicado que el pescado azul, especialmente el de gran tamaño como los grandes túnidos, acumulan mercurio en la grasa, y su ingesta puede tener efectos en los niños, cuyo organismo aun está en formación, pero no en los adultos.

En cuanto a los crustáceos, Sabrido ha explicado que las gambas, las cigalas o los carabineros acumulan cadmio en las cabezas por lo que se aconseja no comerlas, cuando se trata de consumidores habituales.

La AESAN también recomienda no incluir espinacas ni acelgas en los purés de los bebés menores de un año y, en todo caso, que estas verduras no superen el 20% del total.

A partir de los 3 años se pueden tomar "con total normalidad".

Estas hortalizas tienen unos niveles naturales de nitratos que puede tener efectos perjudiciales para los más pequeños, ya que el cuerpo humano los convierte en nitritos y pueden provocar la llamada enfermedad del niño azul