Altares improvisados en Almería en recuerdo de Gabriel y en apoyo a su familia

  • Luto, silencio y calles vacías en las Hortichuelas por la muerte del pequeño Gabriel

En toda Almería continúa el luto por la muerte del pequeño Gabriel y, en concreto, en Las Hortichuelas, la pedanía de Níjar donde desapareció el niño, este miércoles ha sido un día para no salir de casa y de silencio de los vecinos que apenas han transitado por sus calles.

En Almería capital, los ciudadanos también ha expresado su dolor y su apoyo a la familia, por ejemplo, con altares improvisados como el que se ha dado en la desembocadura de la Rambla Federico García Lorca de Almería, donde el monumento de La Ballena se ha llenado de flores, velas y dibujos de 'pescaítos', el símbolo más destacado del caso.

Allí los vecinos han dejado dibujos, flores y peluches en recuerdo del pequeño asesinado y, también como no, muchos pececitos.

CALLES VACÍAS Y EN SILENCIO

En el pequeño valle de Las Hortichuelas se ha hecho el silencio. Tras gritar durante doce interminables días el nombre de Gabriel, este miércoles las apenas veinte familias que habitan esta pedanía de Níjar, guardan silencio. Necesitan superar su dolor de puertas hacia dentro.

Los vecinos han dejado desiertas las calles por las que Gabriel paseaba. Él era uno más en Las Hortichuelas. Cientos de veces recorrió los apenas cien metros que separaban la casa de su abuela Carmen de la de la tía Rosa. Una tía que hoy hacía el camino inverso para visitar la casa de la que salió Gabriel. Allí está su padre, un hombre que ha pedido espacio porque necesita ya alejarse del foco mediático para asumir lo ocurrido. Porque entender lo que le ha ocurrido a Gabriel, es difícil, dicen los vecinos, por muchas explicaciones que se busquen.

En Las Hortichuelas a la mayoría de los habitantes les unen lazos familiares, más o menos cercanos. El retrato de Gabriel y los carteles anunciando la concentración continúan pegados en las calles y casas. Es como si aún la sonrisa de Gabriel estuviera entre ellos. Paseando entre las higueras y almendros de Las Hortichuelas, en el corazón del parque natural de Cabo de Gata.