La Infanta Elena ve a los Alabarderos y Pitingo canta saeta al Yacente

Las nubes han permitido salir finalmente a última hora de la tarde de este Viernes Santo a las procesiones de los Alabarderos y del Santo Entierro de Madrid, que han tenido como ilustres seguidores a la Infanta Elena la primera y al cantante Pitingo la segunda, respectivamente.

Según ha informado a Europa Press el secretario del Consejo de Cofradías de Madrid, Enrique Guevara, las previsiones de que a última hora de la tarde iba a dejar de llover se han cumplido y la cofradía del Santísimo Cristo de los Alabarderos ha permitido comenzar el desfile a las 20 horas, una hora después de lo previsto. Entre los asistentes a la procesión se encontraba la Infanta Elena.

Así, el Cristo ha partido del Palacio Real por la Puerta del Príncipe, para seguir por la calle Bailén, Mayor, Sacramento, Cordón, Plaza de la Villa, Ciudad Rodrigo, Plaza Mayor, Postas, San Cristóbal, Milaneses, Santiago, plaza de Ramales, San Nicolás para terminar a las 21 horas en la iglesia catedral castrense, donde tiene su sede la imagen.

Por otra parte, la procesión del Santo Entierro ha podido salir a su hora, a las 20.30 horas, de la parroquia de la Santa Cruz. No obstante, ante el temor de que lloviera y para evitar estropear el nuevo trono dorado del Cristo Yacente de la Vida Eterna, los cofrades han decidido sacarlo a hombres, sin el trono. Además, también han optado por que no saliera el otro paso, Nuestra Señora de la Paz, para evitar dañarla.

De este modo, han desfilado por la calle Atocha hasta la Plaza de Jacinto Benavente. En torno a las 21.10 horas, en ese lugar, concretamente desde un balcón del Teatro Calderón, el cantante Pitingo ha entonado una saeta al Cristo Yacente, ante la sorpresa de cientos de devotos, que no se lo esperaban. Posteriormente, la imagen ha recortado su camino habitual y ha vuelto a su parroquia atajando por la calle la Bolsa ante el temor de que volviera la lluvia.

CUATRO PROCESIONES NO TUVIERON TANTA SUERTE

Éstas han sido las únicas procesiones que han podido marchar este Viernes Santo por el centro del capital. Y es que las procesiones de Jesús de Medinaceli y el Silencio, que tenían previsto desfilar a partir de las 19 horas, no han salido finalmente de la lluvia, mientras que la del Divino Cautivo y Los Siete Dolores, que debían arrancar a las 19.30, tampoco lo han hecho por el mismo motivo, según ha confirmado a Europa Press Enrique Guevara.

Después de que la Cofradía de Medinaceli haya renunciado a salir, los responsables de la basílica han decidido abrir las puertas del templo a todos los fieles que esperaban ver a la imagen procesionar, unas puertas que se cerrarán hasta que la última persona que quiera ver al Cristo pueda hacerlo.

Por su parte, los cofrades de María Santísima de los Siete Dolores han alzado a la imagen hasta la puerta para que la viera todo el público, para volver a los pocos minutos a reposar al interior del templo.