El primer debate a cuatro de la historia de la democracia española

  • Dos horas de pie abordando la corrupción, la economía y los pactos postelectorales

El primer debate a cuatro de la historia de la democracia española se saldó con críticas a la gestión del Gobierno, cuya actuación fue defendida por la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría ante la ausencia del presidente Mariano Rajoy, y distintos ataques cruzados en un intento de los candidatos por captar votos en el entorno ideológico de sus rivales.

Los tres candidatos, Pedro Sánchez del PSOE, Pablo Iglesias de Podemos y Albert Rivera de Ciudadanos, concentraron los mayores ataques al Ejecutivo cuando se abordó el tema de la corrupción, mientras que Iglesias y Rivera defendieron la oportunidad de aparcar a la "vieja política".

En más de dos horas de debate sin corsés de tiempo ni preguntas pactadas de antemano en Atresmedia, los tres candidatos y Santamaría trataron de convencer a una elevada tasa de indecisos, en cuyas manos está el resultado de las elecciones más reñidas de la historia de España el próximo 20 de diciembre.

Las encuestas online de lectores de distintos diarios online daban como vencedor a Iglesias o a Saenz de Santamaría, aunque en la prensa escrita primaba la diversidad de opiniones.

"No hubo un vencedor claro y en algunos momentos dio la sensación de que los cuatro partidos repetían la lección memorizada con sus asesores", dijo el diario El Mundo en un editorial donde destacaba la pujanza de las nuevas fuerzas políticas.

Los sondeos prevén que Ciudadanos y Podemos, que han emergido en el último año con un discurso de regeneración y contra la desigualdad, serán claves para apoyar gobiernos de PP o PSOE y hay algunos que incluso sitúan al primero como segunda fuerza política del país.

Pese a la insistencia de los moderadores, y ante las perspectivas de una victoria por la mínima en las encuestas, sólo la representante del Partido Popular dejó claro que únicamente tratarán de formar gobierno si son la lista más votada, mientras el resto no entró en posible pactos postelectorales.

Ante un voto muy fragmentado, la gobernabilidad de España después de la cita del 20 de diciembre pasará por acuerdos bien puntuales bien de legislatura entre dos o más grupos.