Un presunto líder yihadista culpa al actor José Coronado de ser juzgado

  • La Fiscalía de la Audiencia Nacional pide de 8 a 10 años de prisión para seis presuntos terroristas detenidos en Ceuta en 2015
  • Comienza en la Audiencia el juicio a una célula yihadista preparada para atentar en España

El presunto líder de una célula yihadista desarticulada el año pasado en el barrio de El Príncipe de Ceuta, Farid Mohamen Al Lal, ha dicho este martes en el juicio que está acusado por culpa del actor Jose Coronado, uno de los protagonistas de la serie televisiva que lleva el nombre de dicha barriada.

La Audiencia Nacional ha iniciado hoy el juicio de Farid Mohamed Al Lal, de dos hermanos suyos, de otra pareja de hermanos y de un sexto acusado, el primero de los cuales se enfrenta a una petición del fiscal de doce años y medio de cárcel y los demás a diez años y medio.

Este acusado ha dicho que un amigo suyo insultó a José Coronado por su personaje de policía en la serie y que el actor le contestó que antes de que terminara la misma estaría preso.

Ha añadido que en su detención estuvieron presentes Coronado y la también protagonista de la serie, la actriz Hiba Abouk, y que el primero le dio dos puñetazos y la segunda se hizo pasar por secretaria judicial, y ha relatado que se ha carteado desde la cárcel con el actor.

Este acusado ha negado hoy en el juicio que él y los otros cinco acusados sean terroristas y ha añadido que cómo va a ser yihadista si ve porno, aunque ha justificado los atentados del 11-S contra las Torres Gemelas de Nueva York (Estados Unidos) y las acciones del Estado Islámico como un derecho de defensa ante invasores y en Siria frente al "tirano Bashar Al Asad".

DELITO DE INTEGRACIÓN EN BANDA TERRORISTA

La Fiscalía de la Audiencia Nacional solicita entre ocho y diez años de prisión por los delitos de integración en organización terrorista y tenencia de armas para los seis integrantes de una célula yihadista desarticulada en enero de 2015 en el marco de la Operación 'Chacal' y que serán juzgados por la Sección Cuarta de la Sala de Lo Penal a partir de hoy, martes. Los miembros de la célula estaban preparados para atentar en España.

En su escrito de acusación, el representante del Ministerio Fiscal pide para el presunto cabecilla de la trama Farid Mohamed Al Lal --detenido en Ceuta en enero del pasado año-- diez años de prisión por el delito de organización terrorista, mientras que para el resto reclama ocho años por el mismo delito. Además solicita dos años y medio para todos ellos por tenencia de armas.

El fiscal Daniel Campos añade que los procesados, que serán juzgados en siete vistas que finalizarán previsiblemente el 4 de noviembre, formaban parte de una célula "estable y jerarquizada" adscrita al DAESH con "capacidad y determinación" para desarrollar atentados terroristas en España.

Farid Mohamed Al Lal fue detenido junto a Mohamed Al Lal, y otra pareja de hermanos, Anual Ali Amzal y Reduan Ali Amzal, en Ceuta en el marco de un operativo bautizado como 'Chacal' y que concluyó con dos registros domiciliarios en el que la Policía se incautó de una pistola automática del calibre 9 milímetros metros parabelum, pasamontañas, placas de matrícula de vehículos españoles y munición de diverso tipo.

PARALELISMO CON CHARLIE HEBDO

El Ministerio del Interior advirtió del "gran paralelismo" que la célula desarticulada tenía con los terroristas que en enero de 2015 atentaron contra la revista satírica Charlie Hebdo y dijo además que se producía la coincidencia de que los hermanos --de nacionalidad española y origen marroquí-- habían adquirido un alto nivel de "radicalización" ya que todos estaban entrenados física y mentalmente para llevar a cabo la 'yihad'.

Los otros dos acusados fueron detenidos por agentes de la Policía Nacional en otro operativo dos meses después y estaban listos para atentar, según informó el Ministerio del Interior, que advirtió de que ambos formaban parte de la misma célula yihadista, y al igual que el resto, actuaban siguiendo las directrices del Estado Islámico.

El representante del Ministerio Fiscal explica en su escrito que el grupo, formado por los procesados desde septiembre de 2014, se basaba en "relaciones de consanguinidad y máxima confianza" y adoptaba "notables de medidas de seguridad" como la parcelación de comunicaciones, la utilización simultánea de múltiples tarjetas y canales seguros de comunicación.

RADICALIZACION EN PRISION

Campos advierte de que el proceso de radicalización del líder de la célula Farid Mohamed Al Lal, comenzó cuando coincidió en el centro penitenciario de Topas (Salamanca) con Mohamed Achraf, condenado en 2008 por planear atentar con un camión bomba cargado con 500 kilógramos de explosivos contra la sede de la Audiencia Nacional, según una sentencia en la que figura Achraf como el "emir" de una célula encargada de captar presos.

Tras abandonar la prisión, Al Lal constituyó en torno a su persona un grupo de adeptos del EI con los que mantenía contacto y adoctrinaba a través de diferentes redes sociales utilizando perfiles falsos. Así, por ejemplo llegó a compartir fotos del Vaticano cubierto por banderas yihadistas o imágenes de los atentados a las Torres Gemelas acompañadas de un texto en el que los justificaba afirmando que esto pasaba por "subestimar a los musulmanes".

También publicó vídeos de acciones del DAESH en Siria e Irak y entrenamientos de radicales para enrolarse en la yihad. Mientras que el hermano de Mohamed es su "persona de confianza", Anuar Ali Amzal es, según el fiscal, su "lugarteniente" y se constituyó como "catalizador de las instrucciones impartidas por aquel al resto de integrantes del grupo criminal investigado".

FALTA DE COLABORACION DE EEUU

Estos últimos también publicaron en sus respectivas cuentas de redes sociales material audiovisual de entrenamiento de muyahidines y una fotografía de Osama Bin Laden. Reduan Ali Amzal, por su parte, afirmó en un texto que quería cumplir con su misión como yihadista y esperaba entrar en el paraíso a voluntad de Dios.

El magistrado De la Mata, que concluyó la instrucción del caso el pasado mes de marzo, reprochó a Estados Unidos "la falta de colaboración" que había impedido completar la investigación de la célula yihadista y lamentó que, pese a las continuas reuniones y conversaciones mantenidas durante meses, había sido "imposible" conseguir la cooperación internacional requerida a Washington.