Unos 80 inmigrantes se encaraman a valla durante horas tras un nuevo asalto

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Unos 80 inmigrantes de origen subsahariano han permanecido durante horas encaramados a la valla fronteriza de Melilla, en un nuevo asalto masivo protagonizado por unas 600 personas. Según han informado a Efe fuentes policiales, la nueva tentativa de entrada ha comenzado sobre las 5:00 horas, momento en el que cientos de subsaharianos, a la carrera, han tratado por todos los medios de cruzar la valla.

Una hora y media más tarde, unos 30 lo intentaban por el puesto fronterizo de Beni Enzar, que ha tenido que cerrarse durante algo más de diez minutos. En el primer intento, decenas de ellos han conseguido superar la primera valla y subirse a la segunda, todo ello, pese a la malla antitrepa, instalada hace apenas unas semanas.

MÁS DE NUEVE HORAS EN LA VALLA

La mayoría de los encaramados han aguantado más de nueve horas, aunque, pasado este tiempo, algunos han comenzado a descender de los seis metros de altura de la verja en la que se sostenían, antes de ser entregados a Marruecos por agentes de la Guardia Civil.

Los más "resistentes", unos quince, todavía continuaban subidos a la valla transcurridas catorce horas, todo ello, pese al sofocante calor, a la falta de comida y de agua. Eso sí, la fuerza de los primeros minutos, en la que los inmigrantes lanzaban sus tradicionales cánticos de "Bosa, Bosa" y "libertad, libertad", iban perdiendo ímpetu con el paso del tiempo.

Algunos compatriotas del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) se han acercado para animar a los encaramados, que se encontraban en una zona conocida como Villa Pilar, que ha permanecido en todo momento cortada al tráfico e, incluso, por momentos, se ha restringido el acceso a los medios de comunicación.

La Delegación del Gobierno no ha dado, hasta ahora, cifras oficiales de cuántos inmigrantes han conseguido entrar a la ciudad autónoma, aunque Cruz Roja ha informado de que ha trasladado a cinco de ellos al Hospital Comarcal de Melilla.

Ayer accedieron a la ciudad alrededor de 80, entre ellos el más de medio centenar que había permanecido durante seis horas encaramados, algo que, sin embargo, hoy no se ha producido, ya que Marruecos se ha ido haciendo cargo de aquellos que descendían de la valla.

Melilla sigue registrando una extrema presión migratoria, que sufre desde hace meses, lo que hace que 2014 sea ya un año récord, superior incluso a 2005, el de la conocida como crisis de las avalanchas.

Para hacer frente a esta presión, que se une a la que se vive en el Estrecho con la llegada de pateras, el Ministerio del Interior ha reforzado con 475 agentes el número de efectivos de la Policía Nacional y de la Guardia Civil en Ceuta, Melilla y Algeciras.

En Melilla, esa mayor presencia policial supone un añadido de 275 agentes: 200 pertenecientes a nueve Módulos de Intervención Rápida de la Guardia Civil y 75 de cinco subgrupos de la Unidad de Intervención Policial (UIP) o antidisturbios.

Una parte del refuerzo de los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) del instituto armado ha participado hoy en la contención del nuevo intento de entrada masiva, agentes que, en esta ocasión, llevaban guantes y mascarillas, una medida de prevención ante la creciente preocupación por el virus del Ébola.

La presencia policial también ha sido notable al otro lado de la valla, en Marruecos, un país que ha reconocido que ha habido "disfunciones" en la última llegada masiva de pateras.

Precisamente, el secretario de Política Federal del PSOE, Antonio Pradas, ha exigido al Gobierno que intensifique la colaboración con Marruecos en materia de inmigración y ha calificado de "drama humanitario" la masiva llegada a puertos como el de Tarifa (Cádiz) y los asaltos a las fronteras de Ceuta y Melilla.