Rato sobre las tarjetas opacas: "Si lo hubiera sabido, lo habría cambiado"

  • Reiteró ante el Juez que la tarjeta que le entregó Sánchez Barcoj formaba parte de su salario y estaba sometida a retención fiscal
  • Barcoj dice que Blesa y Rato decidían qué directivos disfrutaban de tarjeta

El expresidente de Caja Madrid Rodrigo Rato estaba convencido de que la tarjeta para "gastos personales" que recibió el entrar en la entidad era "conocida, pública, nominativa, transparente y traceable", por lo que siempre pensó que formaba parte de su retribución y estaba sujeta a retención fiscal. "Si lo hubiera sabido, antes de irme de Bankia lo hubiera cambiado, no lo hubiera dejado así", afirmó su expresidente al fiscal Anticorrupción durante su interrogatorio celebrado el pasado día 16 en la Audiencia Nacional, a cuyo contenido íntegro ha tenido acceso Efe.

Cuando Bankia le advirtió verbalmente el pasado verano de las anomalías de la tarjeta fue cuando él devolvió a la entidad los 54.837 euros que se había gastado y cuando ingresó otros 44.200 en una cuenta de la Fundación Caja Madrid por lo que había asumido la caja de dicho gasto.

Durante algo más de una hora, Rato reiteró que la tarjeta para "gastos personales" que le entregó el ex director general Ildefonso Sánchez Barcoj, imputado como él por un delito de administración desleal, formaba parte de su salario y estaba sometida a retención fiscal.

Y ello porque "no eran secretas ni emitidas de manera irregular", pues eran "conocidas por la secretaría general y todos los departamentos técnicos" de la caja desde hacía al menos 15 años antes de que él tomara los mandos de Caja Madrid, con unos límites ya establecidos.

"Es una tarjeta personal y a todas luces está comprendida en mi retribución, y además tiene un tope; se me explica que los demás miembros del consejo de administración y los del comité de dirección tienen una similar con topes diferentes según las responsabilidades, por lo que entiendo que son tarjetas ligadas a la retribución de cada uno, la pactada en cada caso", explicó.

Bankia heredó estos "instrumentos de cobro" porque el contrato de integración "planteaba que todas las peculiaridades de cada caja se trasladen al banco resultante", y las visas eran la de Caja Madrid.

Tras la integración, las visas se mantuvieron solamente para las cuatro personas que procedían de ella: Rato, Sánchez Barcoj, Matías Amat y José Manuel Fernández Norniella.

Fue en este momento cuando el fiscal se interesó por el motivo que llevó al ex consejero delegado de Bankia Francisco Verdú a no hacer uso de la suya, algo que el que fuera ministro de Economía dijo desconocer, pero que en todo caso Verdú no procedía de Caja Madrid y le "pareció que no era significativo" que no la usara.

DESCONOCÍA QUE NO SE RETENÍA POR LOS GASTOS DE LAS TARJETAS

El fiscal preguntó insistentemente por el responsable de dar ese carácter opaco a las tarjetas, a lo que Rato respondió que una entidad como Caja Madrid disponía de un departamento de personal, otro de medios, uno fiscal, además de auditorías internas y externas por los que debería haber pasado el asunto, y nadie en ningún momento le trasladó ninguna preocupación. "Si a mí me hubiera planteado cualquier responsable de Caja Madrid, BFA o Bankia que unas retribuciones no estaban siendo retenidas, yo hubiera dicho que hay que retenerlas porque estamos ante un riesgo fiscal, aparte de otros regulatorios y de transparencia, indudablemente", subrayó.

Tampoco fue "consciente" de que pudiera haber vulnerado la política de retribuciones para consejeros y altos cargos contemplada en la Ley de Cajas de 2003, tal y como sugirió el juez Fernando Andreu en varias de sus preguntas.

"Debía ser una norma muy conocida por la secretaría general de la caja, pero yo no era consciente específicamente porque no me llamó la atención que estuviéramos incumpliéndola", señaló.

También insistió en que nunca entendió que las tarjetas supusieran un aumento de la retribución, sino solo una parte de ésta que se podía "cobrar en el momento, con flexibilidad mensual".

"¿Entiende entonces que hubo una falta de control, le engañaron?", preguntó Andreu, a lo que Rato solo pudo manifestar que él no dio "instrucciones sobre esta cuestión a nadie" porque nadie le "puso de relieve que debía ser puesta bajo cuestión".

Ante la insistencia del magistrado sobre cómo no se dio cuenta de que en su nómina no aparecían retenidas las cantidades que cargaba en la tarjeta, Rató aclaró que en Caja Madrid "la nómina estaba colgada en la Intranet, unas personas las consultarían y otras no".

En todo caso explicó que en su certificado de retención anual "no vienen especificados" individualmente los conceptos por los que cobró.

La respuesta llevó a Andreu a querer saber si "de verdad no habían querido ocultar" a Hacienda esos ingresos, pero Rato señaló que "unas tarjetas nominales no son ocultables, son lo más transparente porque dejan un trazo constante", por lo que "no podía saber" por que no se retuvieron.

"Pues yo tampoco", concluyó el juez.

BLESA: HAY COSAS QUE NO SE LE CUENTAN (AL BANCO DE ESPAÑA)

El expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa considera que no tenía que reintegrar ninguna cantidad de las tarjetas opacas de la entidad al entender que era una retribución complementaria y añade que una vez que se enteró de que no se habían practicado retenciones fiscales procedió a regularizar todo. Blesa aseguró al juez Fernando Andreu que pensaba que se practicaba una retención fiscal sobre dichas tarjetas y que de hecho ha sido ahora cuando ha visto que no se hacía, "cosa que yo creo que ninguno sabía".

En este sentido, declara que nadie le dio ninguna explicación sobre si había que declarar o no estos importes, ni sobre los seguros de vida. "A nadie se le daban (explicaciones), ni a mí me las dieron, ni las di yo".

Blesa, que confirma que tenía dos tarjetas de la entidad, niega haber entregado la tarjeta al ex director financiero de Caja Madrid Ildefonso Sánchez Barcoj. "Yo no se la puedo dar ni las tenía (...) físicamente yo no entregaba ninguna tarjeta", aseguró al juez. De hecho indicó que al consejo de administración se las daba el secretario de este y al resto alguien de recursos humanos.

Preguntado sobre los límites y los criterios que se aplicaban con estas tarjetas, Blesa afirma que él se las encontró así y añade que a partir de 1996 las tarjetas tenían unos límites que se actualizaban con arreglo a un procedimiento. "Me hacían la propuesta y yo la daba por buena" aunque asegura que él no lo decidía.

"La propuesta era de recursos humanos y lo aprobaba el Comité de Medios (...) Se me hacía una propuesta y yo decía si me parecía bien y que se elevase al órgano que correspondiese".

Asimismo, asegura que los beneficiarios de las tarjetas los decidía el consejo de administración, la comisión de control y el comité de dirección entero y que se las entregaba "seguro" el secretario del consejo de administración dándole como explicación que era un complemento retributivo para gastos de libre disposición.

Blesa reconoce además que el comité de dirección tenía más tarjetas y que en esos gastos no se entregaban factura, porque se consideraba que era un complemento retributivo.

Sobre si se informaba al Banco de España de todos los conceptos incluidos en la retribución de los consejeros, Blesa sostiene que hay cosas que no se le cuentan con detalle si no pregunta y, aunque añade que él no llevaba las relaciones con el Banco de España y que desconoce cómo se hacía, cree seguro que sí se incluían las tarjetas.

Preguntado por lo que aparece en su certificado de haberes, Blesa asegura que daba por buena la declaración que le hacía su despacho y añade que la cantidad dispuesta con la tarjeta, siendo importante, no suponía nada más que un 2 % de sus retribuciones por lo que nunca le llamó la atención esta diferencia.

SÁNCHEZ BARCOJ: BLESA Y RATO DECIDÍAN QUE DIRECTIVOS DISFRUTABAN DE LA TARJETA

El exdirectivo de Caja Madrid y Bankia, Ildefonso Sánchez Barcoj, defendió ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu que la decisión de qué personas recibían las tarjetas opacas de la entidad era de los ex presidentes Miguel Blesa y Rodrigo Rato y que creía que todo era legal.

En su declaración ante Andreu el pasado día 16, Barcoj asegura también que la gestión de las tarjetas no le correspondía a él y que su tarea era controlar que no se excediera el presupuesto asignado a cada una de ellas, actividad "ordinaria" que hacían sus secretarias.

En cuanto a la tributación de las cantidades gastadas, Sánchez Barcoj, que fue director financiero de Caja Madrid y director general de Bankia, señaló que le comunicaron que "la cantidad era neta" y que él declaraba nóminas y otros conceptos como beneficios sociales, pero no las tarjetas, y que nunca le hicieron retención fiscal en la entidad del dinero gastado con ella.

Barcoj aseguró que el expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa "decidía qué directores generales recibían esa tarjeta" y luego lo planteaba en los órganos de gobierno de la entidad.

Al desaparecer Caja Madrid y nacer Bankia, la entidad presidida por Rodrigo Rato resultante de la integración de la caja madrileña y otras siete entidades, desaparecieron las tarjetas y se crearon unas nuevas, ya que se trataba de un "nuevo bando", dijo.

"Las tarjetas de Caja Madrid se fueron anulando durante 2011", aseguró, para añadir que a finales de febrero de 2012, el entonces presidente de Bankia, Rodrigo Rato, le dijo que le "daba una tarjeta".

Siempre según el relato de Barcoj, esta decisión le resultó "chocante", ya que coincidía con un momento en el que el Gobierno había limitado la retribución de los bancos intervenidos a 600.000 euros anuales y dejó de tener fondo de pensiones.

En este sentido detalló que el contrato de su tarjeta es del 17 de febrero de 2012.

"Si me la da el presidente, creo que es un tema legal", llegó a indicar al juez Fernando Andreu en un momento de su declaración.

Por otro lado, señaló que los extractos de movimientos realizados con esas tarjetas se podían consultar en internet, en el móvil o desde casa para ver los cargos.

En cuanto a la vigilancia del Banco de España, el exdirectivo explicó al juez que el supervisor bancario tenía inspectores desplazados permanentemente y un equipo numeroso con terminales para acceder a cualquier tiempo de información.

"No se si conocían el uso de las tarjetas, pero podían hacerlo", afirmó antes de señalar que nunca recibió ninguna indicación del personal del Banco de España sobre que su uso fuera irregular.

Asimismo, señaló que la cuenta en la que se cargaban estos gastos no era para ocultar el dinero a Hacienda. "Al contrario, si se ve esa referencia (el número de cuenta) un auditor obligatoriamente la mira", dijo.