Las víctimas no aceptarán que Batasuna entre en las instituciones

Las víctimas del terrorismo no están dispuestas a aceptar que la ilegalizada Batasuna vuelva a entrar en las instituciones aunque condene la violencia de ETA, una de las exigencias del Gobierno a la denominada izquierda abertzale para volver a concurrir a unas elecciones.

"Batasuna es ETA" y, por tanto, "ETA no puede condenar a ETA", resume en declaraciones a Europa Press la presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Ángeles Pedraza, para argumentar su posición.

En este punto, las víctimas recuerdan la sentencia del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo de junio de 2009 que deja claro que Batasuna forma parte de la organización terrorista y que su disolución vino dada por una "necesidad social imperiosa".

De esta forma salen al paso del debate abierto sobre la intención de la ilegalizada formación de concurrir a las elecciones municipales del próximo mes de mayo y se adelantan a la posibilidad de que pueda recurrir a la estrategia de condenar el terrorismo para lograr entrar en las instituciones. "No nos vale porque ETA y Batasuna son lo mismo", insiste Pedraza.

El Gobierno ha repetido durante las últimas semanas que Batasuna tiene dos vías para poder participar en unas elecciones, y son desmarcarse de ETA y condenar la violencia terrorista o que ETA desaparezca y se disuelva definitivamente.

"Aunque Batasuna condene a ETA no puede estar en las instituciones porque Batasuna es ETA. Y ETA no puede condenar a ETA. A las víctimas no nos va a servir que condene a ETA porque son lo mismo", sostiene la presidenta de la AVT dejando clara su postura al respecto.

CONDENA DE TODA LA HISTORIA TERRORISTA

La práctica totalidad de asociaciones y colectivos de víctimas del terrorismo se unieron el pasado mes de noviembre en torno a un documento que fija los "principios rectores" sobre el final de ETA y reclaman que se exija tanto a la organización terrorista como a su entorno político que condenen toda la historia de la banda para participar en el juego democrático.

Este texto destaca así como "condición democrática básica" la reprobación de la historia de ETA, un aspecto que sostiene que debe exigirse tanto a la organización terrorista como a todo su entorno. "Tal condena debe ser exigida como uno de los mínimos sin cuyo cumplimiento no es posible ni reinserción particular alguna ni participación en el juego democrático", prosigue el documento antes de reconocer que "hay mucha gente temerosa de exigir esto a ETA".

El documento realiza también una breve referencia al panorama que se presenta ante las próximas elecciones municipales y reconoce que el entramado político de ETA "se asfixia fuera de las instituciones". Por ello, advierte de que sus intenciones para concurrir a los comicios "están trufadas de adornos semánticos y maniobras ambiguas que hacen imposible comprobar que no haya tongo o engaño, como ha sido habitual en todos estos años".