Diez años del escándalo del 3 % en el parlamento de Cataluña

Diez años después de esta dura acusación de Pascual Maragall en el parlamento de Cataluña, el escándalo de las comisiones del 3 por ciento por la adjudicación de obras tiene al presidente Artur Mas contra las cuerdas.

El tesorero de Convergencia está en la cárcel, el ex tesorero, en libertad con cargos.

Parlamento de Cataluña, febrero de 2005. Debate monográfico sobre las obras del metro de Barcelona, de plena actualidad tras el derrumbe, sin víctimas, de un edificio del barrio del Carmel durante las obras de ampliación de la línea cinco. Hace diez años, por tanto, Maragall ya señaló con el dedo a CiU y al anterior Gobierno de Jordi Pujol, acusándo a su administración de cobrar esa comisión en la adjudicación de obras.

Artur Mas puso el grito en el cielo y amenazó con boicotear la reforma del Estatut, que entonces se tramitaba. Maragall reculó no una, sino dos veces en sede parlamentaria, y al final, aparentemente fue nada. Pero ahí se quedó el famoso 3%, que ha sobrevolado desde entonces sobre Convergencia y ha, literalmente, reventado esta semana.

El miércoles, la Guardia Civil registra la sede de Convergencia y practica varias detenciones, incluidos los arrestos del tesorero del partido, Andreu Viloca, y del director de la empresa pública Infraestructures, Josep Antoni Rossell, así como media docena de empresarios.

Otra vez, Artur Mas considera la investigación de la corrupición en su partido como un ataque de Madrid a su proyecto independentista, percepción jaleada por sus socios en el proyecto.

El jueves, el juez envía a la cárcel a Viloca. Este viernes, otro detenido. Daniel Osácar, extesorero de Convergencia está imputado además en el caso Palau y el Ferrovial. En el Parlamento, Mas comparece para hablar de la investigación, e insiste en el victimismo.

Otra vez, el presidente de la Generalitat en funciones se enroca en su conocida tesis: lo que concierne a su partido afecta a Cataluña y a su proyecto separatista.