'El Solitario' se queja de que no se haga más para que cumpla prisión en España

  • Suspendido hasta el martes el juicio a 'El Solitario' por un atraco

Los abogados de Jaime Jiménez Arbe, conocido como El Solitario, se han quejado este jueves a las puertas de la Audiencia Provincial de Madrid de que las autoridades españolas podría hacer más para que pueda cumplir prisión en España ante las malas condiciones en las que cumple condena en la cárcel portuguesa de Monsanto, en las que pasa veinticuatro horas encerrado en su celda sin contacto con ningún preso del centro penitenciario.

Así lo han señalado sus letrados Francisco Javier Alvarez y Andrés Abadíe después de que la Audiencia madrileña haya aplazado esta mañana hasta el próximo martes el juicio que estaba previsto que se celebrara por un atraco a un banco el 7 de febrero de 2007.

Al inicio de la vista, la defensa de El Solitario ha planteado al tribunal la suspensión de la vista debido a que su cliente llegó la noche de ayer a la prisión de Valdemoro tras ser trasladado desde Portugal cuando la sala había pedido en una providencia que llegara al menos tres días antes del juicio.

"Creemos que se podría vulnerar su derecho de defensa", ha destacado Francisco Javier Alvarez en relación a la petición de suspensión, que ha sido admitida por el presidente de la sala y respaldada por la representante de la Fiscalía de Madrid.

Jiménez Arbe ha escuchado los alegatos de sus abogados con los grilletes puestos, dado que se le considera un preso peligroso. Para la próxima vista, los letrados ya han adelantado que solicitarán que se le quiten las esposas, ya que jamás ha protagonizado ningún incidente durante el desarrollo de algunos de los juicios a los que se ha enfrentado.

Como otras veces, 'El Solitario' ha mostrado una sonrisa a las cámaras cuando se le estaba grabando al inicio de la vista, llegando incluso a saludar alegremente. "Tratarme bien, que me tratáis muy mal últimamente", ha comentado a los periodistas.

A la salida del juicio, los abogados han explicado que estos comentarios iban dirigidos a la prensa con la finalidad de que muestren cierta implicación con si cliente para que pueda ser trasladado a España de forma definitiva. "Está muy cansado y está visiblemente afectado por el trato que recibe en la prisión de Monsanto.

Está 24 horas encerrado en esa celda, sin tener contacto con los demás presas. Nuestra lucha es que se le traslada a España, pero los autoridades españolas podrían hacer mucho más y las portuguesas ponen trabas", ha reseñado Andrés Abadíe.

Además, ha señalado que Jaime se dedica la mayor parte del tiempo a leer para mantenerse cuerdo en esta situación tan complicada que vive. "Es una situación muy complicada porque no se respetan ciertos derechos fundamentales que la legislación e española sí respeta", ha dicho.

Respecto a los hechos que se le imputan en esta causa, el otro abogado ha destacado que su cliente nunca ha reconocido los hechos en los demás atracos y que tampoco lo hará ahora, señalando que la persona que aparece en las imágenes captadas no tiene por qué ser él ya que va disfrazada.

En la vista, han solicitado a la sala que traiga como piezas de convicción dos subfusiles y una granada que le fueron intervenidos para demostrar que no funcionaban, dado que se le imputa un delito de tenencia ilícita de armas.

PROXIMO JUICIO

El próximo martes, El Solitario volverá a la Audiencia de Madrid por un delito de robo con violencia, otro de depósito de armas de guerra y municiones y un delito continuado de falsificación de documento público. La Fiscalía solicita para él una pena conjunta de quince años y nueve años de prisión por los tres delitos.

Según el fiscal, el procesado, el día 7 de febrero de 2007, sobre las 13:53 horas, accedió a una sucursal del Banco Popular en Madrid y, dirigiéndose a la zona de la caja, sacó de entre sus ropas una pistola, cuyas características se desconocen, y amenazó a los trabajadores con ella.

A continuación, introdujo el dinero que había en la caja en una bolsa, un total de 16.510 euros, y salió rápidamente del local. El Solitario llevaba puesto un bigote y perilla postiza de color negro, gorra de color beige, gafas de pasta, chaquetón tipo tres cuartos de color verde oscuro y una muleta, una indumentaria cuyo objetivo era el de ocultar su identidad.