Nuevas Generaciones exige la detención de Troitiño y denuncia apología a ETA

Unas cien personas, convocadas por Nuevas Generaciones del PP, se han concentrado hoy en Madrid para exigir la detención del etarra Antonio Troitiño y denunciar que la Universidad Complutense "hace apología del terrorismo" al no investigar la autoría de una pancarta exhibida en defensa del terrorista.

La concentración, que tuvo lugar en la Plaza de la República Dominicana en torno al monumento a las víctimas del atentado ocurrido en esta plaza, en 1986, del que fue autor Troitiño y en el que fallecieron 22 personas, ha tenido por objetivo exigir que Bildu sea ilegalizado y advertir de que Nuevas Generaciones "no permitirá su presencia en los ayuntamientos" y si lo consiguen "velarán para que tras las elecciones sean ilegalizados".

En declaraciones a EFE, el secretario general de Nuevas Generaciones del PP de Madrid, Germán Alcayde, ha dicho sentir "asco y vergüenza" ante la pancarta exhibida en la Facultad de Políticas de la Complutense "en defensa de un asesino y haciendo apología del terrorismo" por lo que ha exigido al rector de la Universidad Complutense y a la Delegación del Gobierno que "abra una investigación, busque a los culpables y los detenga".

Alcayde ha señalado que la pancarta "no es libertad de expresión, si no apología y defensa de terroristas" y, además, ha querido trasladar un mensaje "a Sortu, a Bildu o cómo quiera llamarse ETA" para decirles que no van a aceptar que estén en unas instituciones democráticas como son los ayuntamientos.

Durante el acto, los concentrados han colocado ante el monumento doce cruces simbólicas en memoria por los doce guardias civiles asesinados en esta Plaza.

Los manifestantes, simpatizantes y militantes de Nuevas Generaciones del PP, han portado pancartas en las que expresaban su rechazo a ETA y a Bildu, además de demandar la detención de Troitiño y han coreado gritos pidiendo la dimisión del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y del vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, a quien ha acusado de estar implicado en el "caso Faisán".

Tras el acto, los concentrados guardaron un minuto de silencio por todas las víctimas de ETA y finalmente secundaron una pitada contra el Gobierno