Inés del Río sale de la cárcel tras el fallo que anula la doctrina Parot

  • Una terrorista disciplinada y fiel a las órdenes de ETA
  • Secundaba todas las iniciativas que la banda imponía en las cárceles

La etarra Inés del Río ha salido de la prisión coruñesa de Teixeiro tras 26 años y tres meses encarcelada, después de que la Audiencia Nacional haya decidido por unanimidad su puesta en libertad en cumplimiento de la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH).

Cinco horas después de que los 17 magistrados que integran el pleno de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional acordara la excarcelación de Del Río, la reclusa ha salido de la prisión de Teixeira (A Coruña).

Vestida de negro, Del Río ha repartido abrazos y besos entre la comitiva que la aguardaba -una quincena de personas entre familiares y amigos-, y ha sido cubierta hasta las rodillas con una enorme ikurriña para resguardarla del aluvión de flashes de fotógrafos y cámaras de televisión mientras se metía en un coche y abandonaba sonriente el lugar.

Antes de irse Del Río, de 55 años, nacida en Tafalla (Navarra) y miembro del comando Madrid, ha podido escuchar un contundente "ni olvido ni perdono" proferido por dos personas que, a título particular, sin representar a ninguna organización, se han acercado a Teixeiro.

La excarcelación de la reclusa, condenada a 3.828 años de cárcel por 24 asesinatos, era ordenada por los 17 magistrados de la sala de lo Penal de la Audiencia Nacional en un contundente auto de respuesta al dictamen de la Corte Europea.

"La resolución es clara y concluyente: incumbe al Estado asegurar la puesta en libertad de la demandante en el plazo más breve posible, ya que se encuentra privada irregularmente de libertad", argumenta el auto.

PIDIO SER EXCARCELADA HACE UN AÑO

En junio del año pasado llegó a solicitar por medio de sus abogados que se le concediese el tercer grado penitenciario a los efectos de acceder a una libertad condicional que hubiese permitido su excarcelación, pero le fue rechazada esta petición, según han informado las mismas fuentes consultadas.

Autora de un total de 24 asesinatos, Inés del Río Prada cumplió 55 años el pasado 2 de septiembre. Nació en Tafalla (Navarra) de donde es su familia y está emparentada con otro conocido etarra Vicente Goicoechea Barandiarán, alias 'Willy'. En concreto, la hermana de éste está casada con el hermano de Inés del Río

'Willy' fue detenido el 6 de octubre de 2001 en la localidad francesa de Bourreac. Cuando fue juzgado manifestó su "orgullo" de pertenecer a ETA. Estaba considerado como uno de los responsables políticos de la banda junto con Mikel Antza. Natural de la localidad navarra de Alsasua, nació el 15 de febrero de 1959. También era el encargado de la redacción de los boletines internos de la banda ('Zutabes').

UNA FIEL A LAS ORDENES DE ETA QUE NUNCA MOSTRÓ ARREPENTIMIENTO

La terrorista Inés de Río Prada ha puesto fin este martes a 26 años de prisión ininterrumpida en los que ha permanecido siempre fiel a las directrices que imponía ETA en las cárceles. Reivindicativa y rebelde, según informan a Europa Press fuentes penitenciarias, en su historial constan decenas de quejas presentadas y un total de seis sanciones disciplinarias.

Según las fuentes consultadas, era una presa que no pasaba desapercibida en la cárcel y era habitual que manifestase su malestar con el centro penitenciario por decisiones como la reducción del tiempo de patio o el horario del gimnasio en los fines de semana y los días festivos. En su expediente constan más de medio centenar de quejas y peticiones de este tipo.

Dentro de este perfil era una habitual en todas las actividades de protestas que ordenaba la banda a su Colectivo de Presos. Participaba en ayunos, 'chapeos' (encerrarse en sus celdas), mandar cartas de denuncia, o encarteladas. Hasta en seis ocasiones fue sancionada por Instituciones Penitenciarias por este tipo de actitudes.

Una de estas sanciones se produjo tras participar en las actividades de protesta que secundaron todos los presos de la banda terrorista en las diferentes prisiones tras el hallazgo del cadáver en Francia del militante de ETA, Jon Anza.