La Fiscalía se querella contra el juez Silva por detención ilegal de Blesa

  • Por prevaricación y retardo malicioso en la Administración de Justicia

La Fiscalía ha interpuesto una querella contra el juez Elpidio José Silva por dos delitos contra la libertad individual por haber ordenado el ingreso en prisión del expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa, otro de prevaricación y un último continuado de retardo malicioso en la Administración de Justicia.

Así lo ha expuesto el Ministerio Público en un escrito dirigido a la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, en el que afirma que incumplió sus "deberes legales" al ordenar el ingreso en prisión de Blesa en dos ocasiones, la primera eludible bajo fianza de 2,5 millones y la otra incondicional.

El fiscal superior de Madrid, Manuel Moix, subraya que acordó estas medidas "radicalmente" opuestas a derecho a instancias de Manos Limpias, que no estaba personada como acusación en la causa de la compra del City National Bank de Florida, y sin haber riesgo de fuga ni de destrucción de pruebas.

Además, el fiscal, que solicita que se tome declaración por estos hechos a Silva y, en calidad de testigos, al propio Blesa y a su abogado, asegura que las dos prisiones son "incompatibles entre sí", pues son alternativas, y que cuando envió a la cárcel a Blesa apenas 20 días después de haberlo hecho bajo fianza, omitió resolver sobre la devolución de misma.

"Está situación en la que se colocó al imputado, nació única y exclusivamente de la voluntad del querellado, ya que no se encuentra amparada por ninguna interpretación posible en derecho", destaca.

Así, le acusa de diseñar una "estrategia" para abarcar la causa del CNB, que desgajó de la de un préstamo de 26, 6 millones a Marsans, aceptando una ampliación de la denuncia inicial de Manos Limpias y dándole un carácter de "ampliación durmiente", para "despertarla" en el "momento propicio".

VULNERAR LA LIBERTAD DE BLESA

Con ello, a través de razonamientos "alambicados y forzados", pretendió disponer de "elementos de cargo suficientes" para adoptar estas medidas, convirtiendo la compra del CNB en "el instrumento utilizado conscientemente" para "vulnerar el derecho a la libertad" de Blesa.

A lo largo de 37 folios, y recogiendo los argumentos que llevó a la Audiencia Provincial de Madrid a anular la causa, el fiscal cuestiona todas las resoluciones que el juez ha dictado desde que decidiera abrirla en enero de 2010.

Lo hizo admitiendo "una muy genérica e imprecisa denuncia" del sindicato contra Blesa y el expresidente de la CEOE Gerardo Díaz Ferrán por la concesión del préstamo, que él mismo archivó el mes siguiente.

Relata que el querellado reabrió las actuaciones sin "la más mínima motivación jurídica", ya que "no se había generado ni tampoco había aparecido" con posterioridad al archivo "dato nuevo alguno que lo justificase".

A partir de noviembre de 2012, inició a instruir la causa sabiendo "de la total carencia de cualquier tipo de fundamentación que pudiera justificarla o ampararla", convirtiéndola en un procedimiento que "ya no se limitaba al concreto hecho objeto de la denuncia, sino que se proyectaba como una instrucción judicial general e innominada".

El escrito recoge también que el titular del Juzgado número 9 de Madrid asumió la causa reproduciendo un artículo de Wikipedia que, bajo el epígrafe "La crisis de Bankia y sus consecuencias -mayo 2012-", relataba hechos posteriores a esa fecha que ya estaban siendo instruidos en la Audiencia Nacional.

Moix le acusa del retraso en resolver sobre todos los recursos presentados contra sus resoluciones, y ello porque su voluntad fue desde el principio la de abarcar la causa de la compra del banco estadounidense, a pesar de que él mismo había aludido a la "falta de conexidad" entre ambos hechos.

También de tener el "espúreo" y "perverso" fin de limitar la intervención de las defensas en el procedimiento al ordenar el secreto de las actuaciones en febrero pasado.

"Sorpresivamente", también abrió una causa contra el letrado de Blesa por obstrucción a la justicia, incurriendo en una "vulneración clamorosa" de los derechos del banquero al citarle en ella como testigo, ya que le obligaba a declarar contra sí mismo.