La Fiscalía pide 319 años para dos etarras por el asesinato del general Oreja

La Audiencia Nacional juzga desde este jueves a los etarras Juan Luis Rubenach Roig y Gorka Palacios Alday por el atentado perpetrado con bicicleta-bomba el 28 de junio de 2001 en Madrid que costó la vida al general Justo Oreja Pedraza, hechos por los que la Fiscalía solicita 319 años de prisión.

El fiscal Pedro Rubira acusa a los dos terroristas de un delito de asesinato y de otros 17 en grado de tentativa, así como de dos de estragos. Según su escrito de conclusiones provisionales, los dos procesados, junto con los terroristas Ana Belén Egües y Aitor García Aliaga -ya condenados a 323 años por estos hechos-, pertenecían al grupo "Buru ahuste", que formaba parte del "comando Madrid" en junio de 2001.

Rubenach y Palacios "decidieron de común acuerdo y en ejecución de un plan preconcebido" atentar contra Oreja y, con ese fin, robaron la noche del 27 de marzo de 2001 un vehículo en la calle Camino de Vinateros de Madrid, al que cambiaron las placas de matrícula por unas falsas.

Palacios y Egües, prosigue el representante del Ministerio Público, reunieron datos sobre los hábitos y movimientos del militar, mientras que otros miembros del comando, "hasta el momento en paradero desconocido", elaboraron tres artefactos explosivos que introdujeron en el coche robado.

Tres meses después, el 27 de junio, Rubenach aparcó el turismo en las inmediaciones del domicilio del fallecido, situado en el número 134 de la madrileña calle Lope de Hoyos y, al día siguiente, los miembros del comando sacaron una bicicleta del maletero del coche y montaron el artefacto -compuesto por tres kilos de dinamita y metralla y oculto en una bolsa- encima de su rueda trasera.

A las 08:15 horas del 28 de junio, García Aliaga ató la bicicleta a una farola situada a la altura del domicilio de Oreja, "zona muy comercial y con bastante tráfico tanto de vehículos como de personas a esas horas", mientras su compañera aguardaba en un coche aparcado en doble fila para "facilitar la huida".

Tras atar la bicicleta, el terrorista se ocultó "un poco más abajo" a la espera de que el militar pasara por donde se encontraba la bicicleta, momento en el que, mediante un dispositivo de radio control, activó el artefacto, que explotó causando varios heridos, de gravedad en el caso del general, que murió en un hospital madrileño el 28 de julio, además de diversos daños materiales.

Los dos terroristas huyeron a continuación en el coche en el que esperaba Egües y lo abandonaron en la confluencia de las calles Doctor Arce y Bidasoa con dos cargas explosivas en su interior.

Una de ellas, colocada bajo el asiento del conductor, explotó a las 15:00 horas, y la otra, situada en el maletero, fue explosionada de manera controlada por el Equipo de Desactivación de Explosivos, mientras los etarras se dirigieron a una cafetería de la calle Bravo Murillo, donde se encontraron con otro miembro del comando y un activista para "confirmar la acción".

Además, la Audiencia Nacional juzgará el próximo viernes al presunto etarra Asier Arzalluz Goñi, para quien la Fiscalía pide diez años de prisión por su supuesta participación el 4 de marzo de 2002 en la colocación de una bomba en el edificio de la Bolsa de Bilbao, que fue desactivada por la Ertzaintza.