Díaz, Sánchez y López: tres visiones de un PSOE en crisis, a debate

  • La Otra dedicará un especial informativo, a las once de la mañana, y retransmitirá en directo el debate
Susana Díaz, Pedro Sánchez y Patxi López, candidatos a liderar el PSOE
Susana Díaz, Pedro Sánchez y Patxi López, candidatos a liderar el PSOE. |Telemadrid

A seis días de la votación de la que saldrá el nuevo líder del PSOE, Susana Díaz, Pedro Sánchez y Patxi López se medirán mañana en un debate sobre el rumbo que debe tomar su partido en uno de los momentos más críticos de su historia, con la herida aún sin cerrar de la abstención a la investidura de Rajoy.

La fuerte movilización de la militancia, constatada en la recogida de avales, y la polarización entre "sanchistas" y "susanistas" apuntan a un debate de gran expectación por el cara a cara que supone entre el ex secretario general y la presidenta andaluza. La Otra de Telemadrid dedicará un especial informativo, a las once de la mañana, y retransmitirá en directo el debate

La aspirante a la Secretaría General del PSOE y presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, ha asegurado que el debate "tendrá el tono de los que formamos parte de una misma familia". "Los compañeros quieren levantar este partido para recuperar la autoestima de un partido que es la alternativa de gobierno en España", insistió.

Por su parte, el candidato a la Secretaría General del PSOE y exlehendakari Patxi López ha advertido hoy durante un acto con jóvenes celebrado en Alcalá de Henares que los socialistas están a día de hoy "más divididos" que tras el Comité Federal de octubre en el que dimitió el ex secretario general Pedro Sánchez.

"Por lo que hemos visto con los avales, y por el nivel de decibelios de los insultos que veo en las redes sociales, hoy estamos más divididos que antes", ha defendido López antes de referirse a su candidatura como la de la unidad y la del "voto útil para salvar al Partido Socialista".

Sánchez, por su parte, ha prometido una intervención en el debate de "guante blanco".

MAXIMA TENSION ENTRE LAS CANDIDATURAS

Sus equipos coinciden en que el debate "no mueve voto", pero admiten que un enfrentamiento de máxima tensión entre Díaz y Sánchez podría beneficiar a Patxi López.

En el entorno de Díaz reconocen que ésta es "impulsiva" y que tiene "carácter", pero garantizan que mantendrá un tono "positivo" para ofrecerse a liderar un "proyecto que sea reconocible, fortalezca al partido e ilusione a la sociedad".

Destacan como sus puntos fuertes la experiencia de gestión, la trayectoria política y su conocimiento del partido y de España, y confían en su "capacidad de improvisar" porque tiene "fondo".

La "coherencia" a la hora de "decir lo mismo en todas partes y en todo momento" será otra de sus bazas, frente a un Sánchez cuyos vaivenes ideológicos constituyen su talón de Aquiles.

Éste, no obstante, podrá esgrimir que su coherencia es la de haber dimitido de todos sus cargos para "no traicionar al PSOE permitiendo un gobierno corrupto y antisocial como el de

Rajoy" y que es un líder "capaz de adaptarse a la realidad, en vez de ir en dirección contraria", apuntan en su equipo.

Frente a la defensa a capa y espada que hace la andaluza de la historia reciente de su partido, Sánchez representa una posición más crítica con determinadas actuaciones del socialismo español, por ejemplo la gestión de la crisis por parte del Gobierno de Zapatero y la reforma junto al PP del artículo 135 de la Constitución.

DIFERENCIAS EN POLITICA TERRIRORIAL

También en política territorial hay matices que sitúan a Díaz en una posición más centralista que la de Sánchez, aunque es en el modelo de partido que éste defiende donde aumentan las diferencias.

El autodenominado "candidato de la militancia" cree que las consultas a las bases de los acuerdos de gobierno deben ser "obligatorias" y que la pérdida de influencia del Comité Federal en favor de éstas es imparable.

En su entorno aseguran que Sánchez no manchará el debate con sangre de la herida del Comité Federal del 1 de octubre y que su propósito es explicar el proyecto que tiene para recuperar el espacio político de la izquierda.