Desmantelado un grupo de 25 internos afines al Daésh en 17 cárceles españolas

La Guardia Civil ha desarticulado un grupo de 25 internos afines a la organización terrorista yihadista Dáesh asentado en 17 cárceles españolas investigados por captar, adoctrinar y radicalizar a otros presos, informa el Ministerio del Interior.

El control de los procesos de radicalización llevada a cabo por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias ha sido clave para identificar a estos veinticinco internos en un total de diecisiete prisiones.

Se trata de la primera operación de estas características llevada a cabo en Europa contra un entramado afín al Dáesh cuya actividad se desarrolla íntegramente en el ámbito penitenciario. Se ha desarrollado bajo la dirección del Juzgado Central de Instrucción número 1 y la Fiscalía de la Audiencia Nacional.

Proceso de radicalización en prisión

Su objetivo ha sido recopilar pruebas que permitan esclarecer la actividad del grupo investigado compuesto tanto por presos con antecedentes previos por delitos de terrorismo yihadista como por reclusos comunes cuyo proceso de radicalización se ha iniciado durante su estancia en prisión, entre los que se encuentran varios españoles conversos o en proceso de conversión.

Para el proceso de captación y adoctrinamiento el grupo combinaba tanto la interacción física entre internos dentro de los propios centros penitenciarios como la relación epistolar, lo que le permitía establecer comunicación con reclusos ubicados en distintas prisiones.

Han recurrido además a varias alternativas al margen de los sistemas de control establecidos por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias como el empleo de otros internos no sujetos a especial vigilancia y de esta forma pretendían eludir los mecanismos de monitorización y de prevención de la radicalización existentes en este ámbito.

Embrión de un "frente de cárceles"

El grupo estaba integrado por varios dinamizadores que no solamente se dedicaban a captar a internos de la órbita del Dáesh sino que también buscaban cohesionar a los presos encarcelados por delitos de terrorismo y de esta forma intentaban fraguar el embrión de lo que podría considerarse un "Frente de Cárceles" yihadista.

La mayoría de los investigados, lejos de alcanzar los objetivos de reinserción social, se han mantenido activos en la militancia yihadista acrecentando su proceso de radicalización durante su estancia en prisión.