La uva de mesa preferida por los madrileños es blanca

  • Un estudio del IMIDRA abre la posibilidad de comenzar a cultivar uva de mesa en la región
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El consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Borja Sarasola, ha presidido este miércoles la VI edición de la Cata Profesional de Uvas de Mesa y Vinos del Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA) en el restaurante de Abraham García.

El objetivo es identificar los sabores de las uvas, determinar su diversidad y vincularlas con elaboraciones culinarias y su maridaje con vinos monovarietales, ha informado el Gobierno regional.

Allí Sarasola ha presentado un trabajo de investigación regional que facilitará a los agricultores madrileños, una vez concluido, la uva de mesa preferida por los consumidores: una uva sin pepitas, blanca, crujiente y con el sabor de la moscatel, y que puede suponer, una vez terminado el proyecto, el 5 por ciento de la uva de mesa comercializada al año en Mercamadrid entre junio y diciembre, y una nueva oportunidad de empleo en el campo madrileño.

La Comunidad inició en 2008, a través del IMIDRA, un proyecto centrado en conseguir una uva sin pepitas y que respondiera a la 'uva perfecta' que los consumidores habían preferido a través de encuestas: blanca, gruesa y crujiente.

Para conseguir esta uva el IMIDRA cuenta ya con 2.323 plantas germinadas que precisarán entre 4 y 5 años para crecer, obtenidas con el cruzamiento de dos variedades: una blanca, con sabor moscatel y con semillas, y otra sin semillas, rosa y sin sabor.

Las estimaciones de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio apuntan a que la plantación de entre 600 y 700 hectáreas de esta nueva uva de mesa, que en la actualidad no se cultiva uva de mesa en la Comunidad. Supondría además la creación de un puesto de trabajo fijo y cinco estacionales por explotación y un importante ahorro en consumo de agua respecto a otros cultivos, han apuntado desde la Consejería.

I+D+i EN EL CAMPO MADRILEÑO

Entre los proyectos de investigación destinados a hacer el negocio vitivinícola más rentable y sostenible están, entre otros, el dedicado a la recuperación y catalogación de vides silvestres, el dedicado a la recuperación y estudio de las variedades autóctonas minoritarias con previsible interés comercial o el dedicado a la selección clonal de variedades autóctonas.

El origen de estas catas de uvas, de las que hoy se celebró su sexta edición, fue elaborar un descriptor de cata de uvas propio. En 2004 se presentó el descriptor al sector de la restauración de Madrid, con la presencia de destacados chefs de la región y profesores de las Escuelas de Hostelería de la región, tras haberlo dado a conocer a investigadores y profesores vinculados con la viticultura.

Como novedad, la Cata de este año vincula las uvas a las mejores elaboraciones culinarias y a un maridaje entre recetas elaboradas en ese restaurantes, las uvas y los vinos procedentes de sus cepas.