Los dos secuestrados por un atracador en un bar de Vallecas dicen que temieron por su vida

  • El atracador afirma que quería llamar la atención por su "angustia personal"

El atracador de un bar de Vallecas que mantuvo este sábado retenidas a varias personas ha reconocido durante su declaración policial que quería llamar la atención para transmitir su "angustia personal" al encontrarse en paro. Así lo ha manifestado un portavoz de la Jefatura Superior de Policía en la rueda de prensa ofrecida para dar detalles del operativo policial que acabó con la detención del atracador.

La Policía ha mostrado su satisfacción por la actuación coordinada de todos los dispositivos durante el secuestro de un bar que tuvo lugar este sábado en la calle Puerta de Canencia número 8 del distrito Puente de Vallecas en Madrid. Dos de los negociadores que participaron en la liberación de los rehenes han declarado que "la resolución fue perfecta".

Según el equipo de negociadores de la Policía que se encargó de mediar con el secuestrador, éste no presentaba una "conducta bajo influencia de drogas o alcohol". Sin embargo, en una manifestación voluntaria "una vez detenido", declaró "que estaba bajo tratamiento depresivo". "Es la única referencia que tenemos en cuanto a la salud mental de este individuo" aunque "está todo por confirmar", ha puntualizado la Policía.

A pesar de que "en principio" todo apuntaba a que la motivación del secuestrador era "un atraco para conseguir dinero", él mismo manifestó tras su detención que realmente "no tenía ánimo de lucro" sino que quería "llamar la atención" y transmitir su "situación de angustia personal" ya que, el detenido, había manifestado "ser víctima tanto de una situación personal como laboral un poco complicada" ya que se encontraba "en paro".

Según los dos negociadores, "fue el propio secuestrador el que instó al dueño del bar a usar su teléfono móvil e informar a la sala del 091 del secuestro". Así pues, al contrario de lo que se había afirmado y, a pesar de que "el hijo acudió al bar" y "el padre le dijo que se fuera" al tomar conciencia de que estaba "sufriendo un secuestro", no fue el hijo de 18 años el que llamó a la Policía.

Las peticiones del secuestrador durante toda la negociación "se ciñeron a un vehículo de alta gama, concretamente un Porshe Cayenne con el depósito lleno", además de "una sábana" para poderse cubrir "con uno de los rehenes" y que fuera posible identificar quién "podía ser el rehén y cuál el secuestrador", también quería "un chaleco antibalas, un casco y unos guantes de látex", han comentado los negociadores.

EN LOS CALABOZOS A LA ESPERA DE DECLARAR

El secuestrador, un hombre de aproximadamente 50 años, residente en la zona y sin antecedentes penales, se encuentra ahora mismo "ingresado en calabozo a la espera de la toma de declaración y demás diligencias policiales pertinentes". Por su parte los rehenes, que "fueron atendidos in situ por el SAMUR por protocolo" y "trasladados al Hospital Gregorio Marañón para realizarles un examen más exhaustivo", están actualmente "en su casa".

Isabel, una vecina de la zona ha declarado que vió pasar "como a cuatro coches a toda pastilla" y ha señalado que fue interpelada por la Policía que "le preguntó" si había visto pasar a la hija del dueño del bar a lo que respondió afirmativamente ya que "la vi pasar llorando" porque "iba al otro negocio" que la familia tiene en la zona. "Yo conozco a la familia y, la verdad es que son gente currante y es una pena que esto pase en un barrio tranquilo normalmente", ha comentado la vecina. A su vez, ha añadido que, durante el incidente, "causaba una sensación de vacío" ver como un parque próximo al bar que "está siempre lleno de niños" se encontraba sin gente.

Evaristo, un conocido de Tomás Carmona, dueño del bar ,"llevaba 10 años en el barrio trabajando en los dos restaurantes que tiene". A su vez, ha señalado que, durante el incidente, "había gente asomada a las ventanas" aunque "se suponía que no iba a pasar nada". Por suerte "todo salió muy bien".