El policía que mató a un chico reconoce que disparó el arma como única defensa

  • "Me querían quitar la pistola y matarme. Me golpearon como a un perro", dice

Un agente de la policía nacional acusado de matar a un chico de 21 años ha asegurado en el juicio que descargó su arma contra los ocupantes de dos taxis que le persiguieron por la carretera de Toledo tras recibir amenazas del grupo de jóvenes a raíz de una riña de tráfico en la que le dijeron que le iban a cortar el cuello y matar, alegando miedo insuperable en su actitud. "Me querían quitar la pistola y matarme. Mi intención era descargar el arma. Hice los disparos de intimidación cuando me estaban golpeando. La pistola era para mí una amenaza. Me golpeaba salvaje como si fuera un perro", ha declarado Oscar G.M., que entonces tenía 28 años.

El procesado se sienta en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Madrid por un delito de homicidio y dos delitos de intento de homicidio. La Fiscalía de Madrid solicita un total de 23 años de prisión, mientras que la acusación particular pide 47 años de cárcel. Según su versión, se encontraba en la madrugada del 1 de diciembre de 2007 conduciendo su vehículo en la A-42 de camino a su casa. "Se acercó a mi coche, dando las largas y veo que se acercaba mucho. Y empezó a perseguirme", ha indicado el agente y ha negado que exhibiera su placa y su pistola por la ventana. "Percibí una situación de mucho peligro. Mi principal preocupación era despistarles y no tener un accidente", ha dicho, alegando miedo insuperable en su actuación.

Así, ha contado que minutos más tarde se sumó otro taxi a la persecución. "Cuando apareció el coche, le vi paralelo a mí y vi a una persona con la ventanilla que decía: te vamos a rajar, hijo de puta. Te vamos a cortar el cuello", ha recordado. En el transcurso de persecución, los coches le obligaron a desviarse a una vía de servicio que daba al polígono industrial Los Getafe. "Intenté salir de ahí por todos los medios posibles. Uno iba delante, otro detrás. Tuve que parar el coche porque si no me embestían. Los dos vehículos me rebasaron y se cruzaron en medio. Tenía un problema. Les dije que se tranquilizaran porque era un policía", ha relatado y ha insistido en que le estaban acosando".

Además, ha añadido que en ese momento vio seis personas que se bajaban y vio a una persona con una navaja. "Focalicé mi atención en la amenaza más inminente. Me daban patadas y puñetazos y saltando encima. Una persona dijo: `pínchale y mátale!", ha narrado. Asimismo, ha reconocido que sacó el arma y efectuó dos disparos de intimidación. Mi intención era descargar el arma porque me la querían quitar", ha señalado. Tras zafarse del grupo, el procesado se encontró con la vigilancia del polígono y se identificó como policía para que llamaran a una ambulancia porque había un herido.

El fallecido, Alejandro G.C., murió como consecuencia de las graves lesiones que le ocasionó un tiro en la cabeza. Falleció un día después de los hechos en el Hospital Universitario de Getafe.

RELATO DE LOS HECHOS

Los hechos tuvieron lugar a las cuatro de la madrugada del 1 de diciembre de 2007. El agente de policía, cuando conducía su coche en dirección a Fuenlabrada, protagonizó una serie de desavenencias por maniobras en el tráfico con un conductor de un taxi. Este vehículo iba ocupado por otros dos jóvenes.

El procesado intercambió una serie de gestos desafiantes con los ocupantes, mientras los vehículos avanzaban en paralelo. Así, el agente les mostró su placa de policía y una pistola. Al adquirir el altercado mayor agresividad, los ocupantes del vehículo llamaron al hermano del taxista, con la misma profesión, para que se incorporara a la disputa. A la riña se sumaron además otros dos jóvenes que iban con el hermano.

A la altura de un polígono de Fuenlabrada, los taxis se detuvieron delante del coche del procesado y los ocupantes bajaron, dirigiéndose al acusado. El agente extrajo su pistola y abrió fuego contra ellos, disparando seis tiros. Uno de los jóvenes recibió un impacto en la cabeza, otro en el tórax y otro en el hombro.