Los animales celebran este viernes el día de San Antón

Aunque hayan dado algún quebradero de cabeza a sus dueños, perros, gatos, aves y tortugas, entre otras mascotas, tienen hoy una oportunidad de ganarse el cielo con la bendición de San Antón, su patrón, encargado de brindarles salud y protección.

Un año más, cientos de personas han hecho cola frente a la céntrica Iglesia de San Antón de Madrid acompañados de sus mascotas que, como sus dueños, han aguantado pacientemente el frío de la calle para recibir la bendición del santo.

Las puertas de la capilla se han abierto a las 10:30 horas, aunque algunos estaban allí desde poco después de las 08:00, como una señora que ha comentado que ya lleva diez años acudiendo a la cita con San Antón, esta vez acompañada de Kitty, su tercer perro. "Vengo a pedirle que no se ponga malita", ha dicho.

"Yo le pido salud, que mi perro siga bien", ha añadido otro de los madrileños que aguardaba la cola junto con su perro y para el que esta experiencia también se ha convertido en una "tradición" que repite con todas sus mascotas.

Otros, en cambio, se han acercado por primera vez a la iglesia de San Antón para pedir protección para sus animales, como si se tratara de un "bautizo", según ha explicado un hombre que se estrenaba hoy con su perro, Sophie.

Entre los madrileños, algunos llegados de localidades de las afueras como Fuenlabrada, Leganés o Las Rozas, había una mujer canadiense que ha querido pasarse junto con una amiga francesa para conocer de cerca una costumbre que, según han relatado, no existe en ninguno de sus países.

"Hemos venido a propósito desde Francia para esto", ha comentado mientras enseñaba una impresión en papel con la fotografía de sus tres mascotas, dos perros y un gato que han recibido la bendición desde la distancia.

Otra señora que no ha podido ir con sus mascotas (una gata y dos conejos) no quería perderse esta oportunidad y ha optado por bendecir el pienso.

En general, los animales se han mostrado tranquilos mientras aguardaban la cola de pie, en brazos de sus dueños o metidos en bolsas y carritos, aunque el frío y los nervios han hecho temblar a más de uno.

Muchos se han puesto sus mejores galas para celebrar el día de su patrón, como María Antonia, una perra a la que su dueño ha adornado con mantilla, collar de perlas y peineta, "como si fuera a ver al Papa".

Entre los animales han abundado los perros de todas las razas y tamaños, como un gran danés de 80 kilos de peso que se ha convertido en una de las estrellas de la jornada al acaparar la atención de los fotógrafos y curiosos concentrados frente a la iglesia.

"A ti te voy a dar dos bendiciones", ha exclamado el sacerdote al verlo.

También han recibido el agua bendita algún que otro ejemplar de tortuga como Pepa, que ha llegado muy bien acompañada por un grupo de niños de tres años del cercano colegio de Santa Isabel y sus profesoras, que han señalado que tienen a este reptil como mascota en clase desde hace ocho años.

Con tanto trasiego, Blanca no se ha animado a cantar ("se sabe la Cucaracha"), pero su dueña ha presumido igualmente de mascota, una especie de ave llamado ninfa que ha permanecido todo el tiempo posada en el hombro de la joven con una cuerda y un pequeño arnés.

Gatos como Pepa (una "santa" en palabras de su dueño) también han paseado por este particular desfile.

"Los animales son también criaturas de Dios", ha comentado sonriente el sacerdote encargado de impartirles la bendición, Manuel Pérez, que ha señalado que por la tarde probablemente llegarían "bichos raros".

El momento de la bendición se ha interrumpido a lo largo de la mañana con la celebración de misas en honor a San Antón a las que han asistido algunos animales en un silencio que contrastaba con la fiesta que se vivía en la calle, donde una banda municipal ha tocado música acompañada por los ladridos de algunos perros.

Por la tarde, los animales tendrán una nueva oportunidad de recibir la bendición de su patrón, al que también podrán acompañar en procesión desde la calle Hortaleza hasta la calle Hernán Cortés, un acto reservado para los más devotos.